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-180- verdadero deleite; los agasajos se sucedieron en todas las po– blaciones donde hizo vibrar 111s cuerdas de su strudivarius lll!lr!lvilloso: Nápoles, Cosenza, Palermo, Mesina, Roma, Anco– na. Florencia, Bolonia, Génova, Milán, Tnrín, Venecia, Pá– dua, Verona, P11nna, Módeua, fueron recorridos en triunfo, sin que pueda decirse donde superaron los entusiasmos, pues co– mo si existiera un límite igual para todos en aquellas manifes– taciones, todos llegaron á él y la memoria del artista sin rival, quedó indeleblemente grabada en todo el trayecto de la artísti– ca jornada. Uno de los objetos que la recuerdan, es el albun qtte existe en el Museo Sar11sate de Pam¡:>lona, y le regalaron los pintores y escultores españoles residentes en Roma por entonces, entre los cuales se bailan Benllinre, Pradilla, Moreno Carbonero, Raes, Bilbao, Muñoz Degrain, Ramirez y otros: no es necesa– rio decir que las acuarelas y dibujos á. cuyo pié aparecen tales firmas, hacen de aquel album una joya de incalculable va– lor. (a) A su paso por Milán le fué otorgado el título de Miembro honorario de la Sociedad de cuartetos de aquel punto, por acuerdo unánime de aquella entidad musical, fecha 25 de Marzo de 1882, ó sea el dfa en que dió ante aquella misma un concierto de cámara y tocó en cuarteto improvisado al efecto. Los días 20 y 23 había celebrado dos conciertos pí1blicos; y otros dos celebró el 29 y 31 en el g-rau teatro de la Scala. El 27 habfa <lado otro en Bergamo, y pasando luego á Nápoles tocó en el tentro de San Ül\rlos los días 20 y 24 de Abril; en Roma tocó el 28; el 3 de Mayo en la sala Constauzi; en Torino, los días 8 y 12, 11.men de otros varios conciertos cuyas fechas no me es posible precisar, en poblaciones que he meBcionado al empezar á. ocuparme de esta tournée. En los mese<e de Febrero y Marzo de 1898 tuvo lugrir una de las más largas tournées de Sarasate á través de esta nación. La série de conciertos que desde Febrero hasta fines de Abril se celebraron en la Academia Renl de Santa Cecilii1, ba– jo la batuta del celebrado director S. Falchy, fueron .solemnes audiciones en las que tomaron parte alternativamente los solis– tas 'l'howson (belga) y nuestro ilustre compatriota. La imaginación meridional de aquel país desc1;ibió con vi– vísimos colores los grandes entusiasmos del público ante Sara– sate, al que aplicaban los más encomiásticos epitetos; el patrio– tismo no se dió por aludido al observar la preterición en que el <•) En otro lugar do este libro so cncuenlran algunos pormenores de dicho album.
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