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-143- lleno, del corazón de su violín, que es su propio corazón insacia– ble de arte. Y Juego, muchó tiempo después de muerto, cuando alguien quiera verle y abra su sepultura, encontrará á Sarasate eu pié, rnagestuoso y sereno, con el vencedor arco en Ja diestra, empuflán– dolo á guisa de espada, como dice el poeta que se encontró á Carlornagno, en pié, mngestuoso y sereno con el altivocetro en las manos.. Por aquellos mismos días "El Demócrata Navarro ,, publicó nu artículo al.que avaloran los datos biográficos, que con– tiene, acordes en un todo con mis a puntes y pormenores in– sertos en la primern parte de este libro: SARASATE-MARX-GOLDSCHMIDT. •Estos días se han recibido noticias intert!santisimas y telegra– mas particulares dando noticia de los soberbios conciertos que los insignes artistas han dado en el Trocadero, en las tardes de los dlas 7 y y 14 del actual, y en los salones de •Le Fígaro• en la fies– ta •Le Five o' clok • del 29 de Abril. Los periódicos todos coinciden en una cosa: en que nuestro in– signe paisano hii obtenido acaso en estas a udiciones el éxito más glorioso de su larga carrera de más de medio siglo, subyugando al ilustrado público parisien con las excelencias de su arte incompa– rable, y en que la Marx és hoy la primera pianista del mundo. Publlcanse con tal motivo interesa.ntlsimos datos biográficos de ambos colosos, y se recuerdan en los grandes diarios y periódicos musicales de Europa los primeros pasos del célebre viol\uista es– paflol. • Para completar este capítulo inserto á continuación algu– nos de los más breves comentarios que recogí á luego de ex– pirar el Soberano del violín, en la prensa de esa nación que con nosotros, compartió su idolatría por el grnn nava1'1'o: De la elegante revista mensual "Música,,, (París, Nbre. 1908) Edounrd Beaudu : (<Más bien que un g ran virtuoso, es un artista verdaderamente incomparable quien desaparece al morir 8iirasate. Constituln. Ja expresión de su alma,· alma de artista único, aquella sonoridad magnifica., perfectamente pura, ténue cual ninguna, de tal suerte que hizo el encanto, el gra11 encanto siempre producido por el vio– linishi de Pamplona; ese don innato es el que le abrió paso entre todos los virtuosos contemporáneos, puesto que abrigo el conven– cimiento intimo de que e n aquella condición no ha flaqueado nipa– lidecido jamás. Una carrera artlstica de más de cincuenta años, que siempre, desde el principio a l fin ha sido gloriosa. Tuvo el honor de ser calificado á sus diez afios de nilio prodigio de ser disputado durante toda su vida por todos los paises; de en– cantar (en el exacto sentido de la palabrn), A las más delicadas nn.turalezas musicales y aun á las más diversas, interpretando con

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