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- 138- su mecanismo verd11deramente maravilloso. Y pnra remate, des– pués de habernos cautivado con sus sorprendentes facultítdes, nos ha encantado más y más por el esquisito sentimiento con que ha ejecutado el Noctun10 núm. 2 do Chopín. 'l'nmbién Berta Man:: se ba hecho aplaudir por su estilo correc– to y artlstico en el estudio de Saint SaMs, en la 6." Rapsoclia de Liszt y en la Polonesa de Chopin, que á petición del público ha te– nido que adicionar al programa• . Las audiciones que anualmente daba Sarasatc durante el mes de Mayo en Pal'Ís con el concurso de la orquestaColonne, tuvieron el 1905 excepcional importanci11.. Véase primero lo que en dos líneas dice de ellos el héroe · de tales fiestas, y á luego su desc1·ipci6n en una revista profe– sional: •Pnrls 6 Mayo 190ó- Querido Huarte: Ya han empezado los grandes festivales populares en el Palacio del Trocadero: 4.000 personas de público y 100 de orquesta. Gran efecto. Il vostro Sarasate. • A uno de estos acontecimientos omsicalcs se refiere la crí– tica siguiente que encuentro en i:Le monde musical:" •Concierto Colonne-¡Sarasate! Las cuatro silabas de este nom– bre mágico invitan á reflexionar q·1e los privilegiados que goz!l.n de hi venturosa fortuna de oit' u.I inimitable violinista, deben ate– sorar recuerdos de impresiones artisticas que no les serA fácil vol– verá esperimentar. Sarasa.te, por su originalidad y su vastísimo talento, ocupa. un lugar especial entre la pléyade de los grandes artistas, cuya mi– sión él ha eleva.do á la mayor altura. A la. sencillez y elevación de su estilo, á. la cristalina limpieza y la. finura exquisita de su sonido, hay que sumar una virtuosidad suya, peculiar, y tao sencilla., quo jamAs le ha originado el menor esfuerzo. Su triunfo ha alcanzado las proporniones de una apoteosis. Aclamo.do interminablemente después de Ja ejecución magis– tral del clásico concierto de Mendelshon, ha derrochado inspira– ción mágica en el Rond6 Cap1·ichoso de Saint-Saens. Y llamado con tanto frenes! como insistencia por el público entusiasmado, ha te– nido, para poner fin á las ovaciones, que agregar á su trabo.jo una de sus más lindas composiciones, suplemento encantador, fantasla esmaltada de pizzicatos y pletórica de hermosas tooalldades, ar– mónicas en grado sumo. El triunfo de Sarasa.te no ha obscurecido el de Mdme. Berta Marx: seguridad plena, mecanismo hermoso, brillantez de ejer.u– ción, todo contribuye Aque unánimemente proclame el público la indiscutible superioridad de esta grande artista.•

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