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Capitulo 5.º FRANCIA. · f iérmnos {\ este capítulo la amplitud que le co- l rresponde y decuplicarfamos su extensión; se · ,impone por tanto, con no menor dureza que en ~~~~~~llos anteriores y signientes, omitir sin reparo no pocos demlles interesantes, relegar á la obscuridad muchísi– mos pormenores y antecedentes de los reunidos, que afectan á este lugar; y si como preveo, disgnsta al lector esta violenta. amputación, sirva de lenitivo á su coutrariedad el hecho de que, con antelación y en mayor escala, ha experimentado su desagrado el autor por esta misma decisión. Para que esta crónica resuJte menos incompleta, debo em– pezar evocando los capítulos 2.° y 3.° de la primera parte, en los que con minuciosidad doy cuenta de muchos ponneno– re::s de la existencia de mi biografiado, ocupándome de sns es·· tudios, sus públicas audiciones, la organización de sus cuai·– tetos, algunos de sus memorables conciertos de aquella época primera de su brillante caréern, sus salidas para algunas tour– nées y su regreso, siempre cargado de laureles y satisfacciones en mayor suma que de materiales remuneraciones. Si los escenarios principales de París, si sus grandes salas de conciertos y salones en que se ha tributado culto al divino arte, pudieran como un fonóg rafo retene1· los sonidos por pinzo indefinido, todos esos recintos nos abrnmarfan á porfía, repi– tiendo innumerables sesiones musicales de aquel mago seduc-