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-128- .EIAgame ol favor de mandarme el reloj do Napoleón que está. en el Ayuntamiento, para coloc:wle un trocito de esmalte que se le ha caído y hac·e muy mal efecto; lo volveremos á poner en su sitio á. mí llegada. Si quiere V. venir á París, le ofrezco uua magnifica~may una hermosa chimenea que calieurn. como las calderas de Pedro Bote– ro: á ver si es V. un ba1·bicín. Por fin he instrumentado In Jota de Pablo y estoy concluyendo la Fa11lasta sobl'e la flauta enca11tada, llfoznrt; Piano y Violín. Des– pués vendrá In instrumentación . Animarse y reciba un fuerte abrazo de su verdadero amigo, Pablo Sai·asate. Las mAs expresivas gracias á todos los amigos que se han inte· resado tanto en mi to1w11ée. Le remito el programa de mi concierto el 27 Noviembre en Bruselas, sala de la Grande-Harmonle: éxito formidable; la Jota de Pablo aclamada. • Con referencia á la campaí'ía de fines de 1907, eu este pafs, un periódico de París contenía las referencias siguientes: 1<'felegramas y noticias de Bélgica anuncian la llegada de los egregios artistas á Bruselas, y confirman la demanda de localidades tan enorme, que aun cuadr uplicando la capacidad del gran Teatro do la Moneda, sm'ia imposible complacer i~ todos los soUcitantes; as! pues el concierto de esta noche será una s<>lemnidad como no se registran en Bruselas más que cuando se presenta Sarasa.te. Todas las impresiones coufirmnn que Sarasate y Berta Marx so hallan mejor que nuuca en su salud, después de las enfermedades últimas sufridas, las cuales están por completo dominadas: y en– cuanto á facultadea artísticas, parecen gozar ahora de una incon– cebible plenitud, superior sin duda á la evidenciada con antelación, si hemos de dar crédito á cuanto afirman las revistas alemanas.• Un diario local ocupándoi;e de la misma tout·née se expresa– ba de esta suerte pocos días después: •Hoy hace un afio que el insigne violinista p¡implonés sufrió en Darmstad aquella aguda crisis en su stilud que le obligó á suspen– der los conciertos anunciados en Alemanii\, y hubo de retirarse á Parfs. Suceso tan extraordinario en la esfera del arte, causó enorme ansiedad; y aquí su pueblo n!\tal, la emoción, el anhelo por saber noticias, el deseo de recibirlas sa.tisfact<irius, se reflejó en todos. Los innumerables telegramas que por entidades oficiales, sociedades artistico-musicales, amigos y admiradores del eminente maestro se le dirigieron interesándose po1· su salud, bien elocuentemente lo expresaban. Pamplona, en el San Fermin de 1907, tuvo la glo1·ia de ser la primera ciudad de Europa que, de nuevo, vuelto el gran violinista á la vida del arte, admiró las sublimidades de su genio músico. Desde entonces, la fortuna, los honores, las aclamaciones de inteligentlsimos públicos han acompafiado á nuestro ilustre compa-

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