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- 116- El juicio érítico que del acto da "Le Guide Musicale,, del 4 de dichos mes y afio, es el siguiente: El 2.º concierto organizado por la casa Scbott ha constituido un éxito: el nombre electrizante •SARASATE• había llevado á la Sala de la ·G1·ande Hat·monie• una multitud compacta que ha dispensa– do al célebre violinista una acogida entusiasta. Sarasa.te se nos ha figurado esta vez más dueno de su instrumento que nunca: de él arranca unos efectos de sonoridad nunca sospechados, y que son eu realidad prodigiosos. Como siempre, ha encantado á su auditorio por la pureza del sonido, el sentimiento de la frase, ln delicadeza y agilidad del mecnnismo y la impecable limpieza do lol:I trinados; y al lado de estos tltulos seductores que en alto grado posee, ha he– cho alarde además, de una técnica que le permite salva1· sin esfuer– zo las más inverosímiles dificultades. En donde más se ha patenti– zado su talento, es en la •Fantasía andal"za• de su composición; los titulos más justificados del virtuoso, en ella se revelan; la frase cantada en la cual ha puesto el artista toda su alma, una alma que apasionada vibra al rec.,uerdo de las melodías del país nativo, es el encanto principal de la bellísima obra. ¡Qué coloraciones tan vivas, qué ritmos tan cautivadores da Sarasate á esta Fantasía espaftola que bajo s u arco milagrosa se convierten en verdaderos poemas! En la •Fée d' amour•, composición de Raff, (a) arreglada por Sarasate, el gran violinista ha arrnncado de su instrumento efec– tos tan sorprendentes que conducían á sospechar la colaboración de otros instrumentos además del acou1pañamie11to de piano. Esta obra, más airosa que profundamente artlstica, reservaparn el pia– no sonoridades muy características, á las cuales Mdme. Berta Marx ha dado toda su vigorosa coloración; el éxito de ambos ar– tistas ha alcanzado las proporciones de un gran triunfo. Por su parte Mdme. Bertba Marx ha hecho gala do envidin– bles cualidades que rara ve7. se hallan reunidas en una misma persona; la delicadeza en el tocnr , con su característico sentimien– to, resultan muy bien adaptados en los pasajes delicados; su poder de sonoridad en los pasajes vigorosos merece la envidia de manos masculinas; en cuanto á virtuosidad, vence las mayores dificulta– des con brillantez y corrección intachables. Hay pues que reconocer una maravillosa afinidad entre estas dos naturalezas, que asociadas aportan plena. certeza de asombro– sos éxitos en cuantas ocasiones se dejen escuchar; en las obras para piano y violin p$rece que es una sola el alma que hace vibrar las cuerdas de ambos instrumentos; tal es la unidad de impresión, in– terpretación, sentimiento y colorido. Esta sesión musical ha dEljado huellas imperecederas, recuerdos indelebles, en cuantos hemos asistido<\ aquella solemnidad, tanto por el mérito de cada uno de los dos virtuosos, cuanto por el gran interés que ofrece la asociación de dos talentos á todas luces excep– cionales.• (a) Este fecundísjmo y no menos lnspirado compotitor, tantas veces citado en el presento libro, fué ademb de pianiah•, vio1ioista. y organista. muy celebrado, un re.spetablo eriti~o. Joa... chím llalf, nació en l,•chern (Suiu) el allo 1822 y murió en Fraocfort ú loe GO ailos de edad.

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