BCC00R42-6-180000000000000000

-96- ofr de todos los públicos; y para él, dejarse olreradejarsecompren– der, pone1·se átono del auditorio. para que vibrara al unisono de su mágico instrumento. Y lo conseguía siempre; infaliblemente. Lo mismo con la música clásica que con la popular; lo mismo en las cámaras de los pa.lacios retiles que en medio de una plaza, en- tre su público navarro. · Creo que es ésta la más acentuada linea de su personalidad ar• tística: habC'r sido un ml\ravilloso violinistii 110 pam este ni para el ctro público, sino para tod(\s por igual, desde los de más refina– do oído hasta los de mlls roma comprensión musical. Tenla par<\ cada uno sn emoción. Este era el poder, el supremo poder que le hizo único en su arte. Estamos precisamente en días propicios para los grandes eje– cutantes, el número de ellos, asl del violín como del piano y del violoncello, son legión. Maravillosos, mágicos violinistas, podria– mos contar una docena con facilidad, poniendo á Hermann, lsll.y, Tbábaut y Kreisler á In cabeza. Pero en ninguno dest11ca es<i per– sonalida.d soberana, diríamos como de mo11ai·ca de su instrnment-0, qué hnce inconfundible á Sarasate. Hace un año ape11as. moría el gran J oachim: era como el pat1·iarca de los violinistas, pero el ce– tro, el verdadero cetro era el arco del músico pamplonés. Y no hay para. él heredero. Porque no hay quien haga vibrar todas las al– mas de todos los públicos como supo hacerlo el gran navarro. Aquellos gmndes violinistas son exquisitos cultivadores de lo clá– sico, se refugian en la música de cámara: la sona.ta de piano y violín, el trío, el cuarteto De ello no salen; y no seré yo quien me lamen– te de esta reclusión en el sublime recinto de aquella música. Pero Sarasate no se limitaba á un género; con igual maestría los abar– caba, todos. Esta es una superioridad que nadie pl.drá discutirle. Francisco Ace/Jal. ".PIARIO DE LA MARINA. ,. Asimismo, la nmnerosfsima, distinguida y n.caudalada co– lonia española residente en la capital de la Isla de Cuba, de– dicó en el mes de Octnbre último solemfü•i; cxeqnias ft'tnebres por el descanso eterno del alma de Don Pablo Sarasate; ·;y más adelante, en la segunda quincena de Diciembre, se cele– bró también en la Habana una expléndicla velada necrológica, de la que voy á ucuparme brevemente. Según datos que encuentro en el "Diario de la Marina,, que se publica en la Habana, mucho tiempo hacfa que no se efectuaba en dicha Capital una velada artística tan brillante y hermosa como la qne en honor y memoria del gr!\n Sarasate se organizó por Directores del Institnto Musical para la no– che del 21 de Diciembre t1ltimo. El programa combinado re– sultó digno, en todos conceptos, de aplausos por la excelencia de los uúo1eros interpretados y por los elementos escogidos que en aquella tomaron parte.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz