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-89- El padre Barandico, en el órgano, haciendo saltar por las enor– mes tuberlas de ese instrumento, uno de los mejores que existen en la capital, las notas dulclsimas do la misa de Hilarión Eslava. dirigla también á las masas corales, formadas por los orfeones Vasco y Cata!An , y un selecto grupo de artistas mexicanos. La misa de Eslava está llena de bellezos y erizada de dificul– tades. Ei;crita para coros de bajos, es de una mag-estad verdade– ramente grandiosa, y la cascada de notas que desde el coro cala sobre la concurrencia, sumla á ésta en vagas recordaciones, en éxtasis de gloria y en fervientes cantos de oración. Al •ofertorio,. cantóse el •Ave Maria • de Vittoria, otra belli– sima página music:;i.1, y la intensa emoción de los concurrentes subió de punto cuando se -!ejaron oír los acentos de ese canto terrible– mente glorioso •Dies irre• y el •Libero.me domine• del abate Pe– rossi, que parecía subir al cielo entre las nubes de incienso que prendlan sus vedijas en densos copos, sobre el cornisamento de Jos muros, haciendo palidecer la luz de los focos y las llamas de los cirios que lloraban sus lágrimas de plata sobre los cincelados can– deleros. Después, cuando la misa conclula, la decoración cambió de pro u to. Densqs velos de crespones negros comen:r.aron á caer como movidos por manos invisibles sobre los reguero!i de luz de los fo· cos, y anchas cortinas de terciopelo negro fr:.i.njeado de plii.ta, cu– brieron de pronto los mármoles de los altares y las anchas colum– nas lo.tera.les que sostienen las bóvedas. Ern que iba á cantarse el r esponso final, y durante toda. esa parte do canto llano, la concurrencia, l\l'rodillada, elevó su alma en oración de súplica, por el descanso del alma del genio nrnsicaJ, que ha muerto en Biarritz, para el mundo y para el arte, pero no para la gloria., el 20 del pasado Septiembre. Si cupiera. en una.ceremonia de la lndole severísima de ésta, una felicitación, habría que hacérsela muy cumplida á los orgauizado– res de la ceremonia que hemos relatado, y que sobrepasó en belle– za y severidad á muchas de las que se han efectuado de largos anos á esta fecha• . No contentos con tan gallardo testimonio de cristiano amor hácia el hermano desaparecido, los nuestros del Centro Vasco organizaron en t 1·ibuto necl'Ológico de Sarasate una velada ar– tística y literaria, cuyo recue1·do necesariamente habrá queda– do indeleble en cuantos la presenciaron, pues á nosotros 'su sola lectnrn nos ha producido vivísima impresión. Para describírtela, lector amable; me atcngoá los relatos de los diarios mexicanos, "El Tiempo,n "El País,,, "El D iario,n "El Correo Espauol,n "El I mplll·cinln y "La República, to– mando de cada uno lo más sucinto para no alargar demasiado este relato: LA VELADA A LA MEMORIA DE SARASATE · Deseoso el Centro Va.seo de México de honra1· la memoria del

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