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-84-· f!ler de oro y brillantes, y el sefior Domec con un valioso libro de música. Con verdadera pena hemos visto partir A est<>s artistas, cuya inspiración nos deleitaba y cuyas atenciones para con nosotros nos llenaban de sa.t.isfacción. Tuvieron la bondad de regalarnos sus retratos con Ji¡¡onjerns dedicatorias y de escribir graciosos pensamientos en nuestro ál– bum, obsequiándonos Sarasa.te y D' Albert con unos compases es– critos por ellos de composiciones suyas, y al ir.se la compafila reci– bimos un obsequio que nos cayó muy en grncla: el retrato del pe– rrito de Sarasate, Bemol, con la siguiente dedicl\toria: •Bemol á su tia Titania. • · Se considern el perrito como hijo de la familia Sarasa.te,. Marx y Goldschmidt, y nos ha hecho el honor de contarnos entre los pa– rientes del ilustre animal. ¡Podeis figuraros la risa que nos causó este obsequio de los spi– rituel1 ar tistas, á quienes deseamos mny foliz viaje y nuevos triun– fos• . Madame Berta Marx de Goldscb~idt, fué obsequiada por el Casino E spañol de México, con un riquísimo alfiler de per– las y brillantes, que le fué presentado en g ran bandeja de pla– ta. La colonia francesa agasajó también á la prodigiosa pia– nista con distintos presentes no menos valiosos que el rese– fiado. Sarasate no creyó oportuno desmentir con su habitual sen- . cillez, el rango de su categoría artística, y realizó la espedi– ción á América en las condiciones de lujp y confort que co– rrespondían á sn fama mundial: como detalle digno de men– cionarse citaré el hecho de que todos sus viajes por ferro-ca– rril á traves de las repúblicas Norte-Americana y mexicana, los hizo en un gran wa.gón, expléndidamente decorado y di– vidido en varios departamentos, que á. la noche se transforma– ban en dormitorios; el wagón tenía su cocina propia; y la.sm· – vidumbre se componía de seis personas, entre las cuales se contaban, ayuda de cámara, doncella para Mdme. Marx, afi– nador del piano Steinvay que llevaban consigo, criados y co . cinero.