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-78- npreciado el tnlento de la inspirada. pianista pt1l'ls1enso senora Berta Marx, en quien halló Sarasate un fond o digno de su mara– villoso cuadro de poesfa. s.,rasale triunfa, y con él la gloria artística de Es pafia .• J:v.:I:É:X:J:C O. De los Estados Unidos pasó Sarasnt~ en la primera decena de Abril, con el matrimonio Goldschmidt, á. Méjico, tierra más española, y de la que, sumándose á la admiración el sentimien– to patrio, trajeron Sarasntc y sus acompaífantes, vivos, gra– tos é indelebles recuerdos, además de regalos valiosísimos que comprueban la legendaria esplendidez de aquel paraíso. · De la presencia en :Méjico del sin par violinista, nos dió noticias la " ílustración musical de Barcelona" la cual refirién– dose á los conciertos celebrados por nuestro ilustre paisano en aquella nación hermana, transcribe la correspondencia si– guiente: •La presencia en Méjico de tres artistas de gran fama y talen– to inspiran á In distinguidn. escritora Tita11ia, colaboradora nues– tra, los siguientes pá rrafos que copiamos de la CARTA SEMANAL, perteneciente al día 13 de Abril de El Nacional: · •Lindas lectoras: Principiaremos nuestra carta de hoy hablándoos del grnn acon– tecimiento de estos dfas, que ha, sido la presentación en nuestra es· cena del sin par violinista Pablo Sn.rasate, del j o,·en y ya notable pianistn. Eugenio Frnncisco D' Alber t y de Ja cllal'ma1ite pianista parisiense Berta 1\farx. Estos artistas dieron su primer concier to hace una semana, de– leitando á nuestro público y excitando la profunda admiración de los artistas y dilettanti mejicanos. El segundo concierto tuvo lugar el martes, el tercero el jueves, y el cuarto anoche. Esta noche se da uno á beneficio de Sarasate, que estará b1·illantfsimo, y tenemos la esperanzn. de que habrá otro· de despedida. ¡Ojalá! En la primera de estas audiciones, la. concurrencia fué bastante numerosa; en la segunda. hubo much:\ más gente; y la noche del jueves todavla más, habiendo una diferencia de pesos ochocientos, en la entrada. Este aumento es prueba evidente del grao efecto que bao cau– sado en Méjico, Sarasate y sus companeros. La semana nos ha dejado á. nosotras el más bello recuerdo artís– tico, pues hemos pasado horas deliciosas escuchnndo inm~jorables composiciones clásicns y modernas, in terpretadns á la perfección, y damos las gracias al activo é inteligente empresario, por haber– nos proporcionado este tan gran placer. ¿Que podemos deciros de Sarasa.te? ¡Se neces:taría uua pluma más inspirada que la nuestra, para trazar los elogios que me1·ece el rey de los violinistas Os aconseja-

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