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sitan infinitas abdicaciones de su prop io ¡mc 10; no se puede decir, sino por convencionalismos que el partido o los parti – dos son los ciudadanos , y si no son los ciudadanos . los par – tidos no son el pueblo. Sobre todo: juicios que se oponen entre sí pueden ser todos falsos; en la ,·erdad no hay oposición; todas las opinio– nes de todos los partidos existentes pueden ser falsas , y la verdad p uede estar fuera de todos e!loc:. Considerando las co– sas en sí. objetivamente, el error no es base de derecho; la verdad especulativa y la oráctica están en la misma linea en el fondo son lo mismo; luego objetivamente el error de los partidos no es base de derecho; luego tampoco de soberanía; si :10 sabemos donde está la verdad, no sabemos donde está la soberanía; y una soberanía discutible y dudosa no es la soberanía; luego, o el pueb lo no es soberano o los partidos no son el pueblo. ¿Qué ocurre, pues , en rec1lidad, en un país de parti – dos? Que prevalece lo subjetivo; la o~inión no es respetable en sí, pero son respetables los que la sustentan de buena fe. La respetab ilidad de un partido es la res !?elabilidad de los sujetos, más ro la de la verdad. Un uartido no prevale ce por – que se impone la verdad y el derecho, sino porque es más numeroso o más audaz. o más habili<loso. La prevalen cia del número es prevalencia de cantidad. de fuerza , y , !al vez, con – tra la verdad; la soberanía de un elefante sobre un rebaño de cabras; y esto tiene de democraci1 lo que yo de caracol. Consecuencias: la muchedumbre co~no orqa n,izada en partidos políticon o sociales no es el pueblo; la actuación de esto~ en los parlamentos no es el ej erci cio de: la sob eranfo del pueblo; si decretan no convinie ndo . los pa rtidos , y s i decre – tan conviniendo, no decreta el pueblo; el régimen solo por ser libe ra l, no es democrático. Finalmente; todos tienen derecho a ejercer como par te de l pueblo la soberanía del pueblo y no tienen obligación de adscribirse a partido ctlguno contra el torrente d e SU!" enjui – ciamientos; lu0qo el puebl o soberano no es el oueblo en cuan to organizado en partidos, ni está representado, por sí. por estos . Y de los que emiten sufr agio si :;u p artid o no ohtiene ln mayoría quedan clausurados y j)3c<'-liz2do i:;, con so lo el in– flujo que un diputado p uede ejer cer en ~ñ O!)OSición; n eRo se reduce la soberan ía en qu a partici pan . A p irt0 d e qu e los candidatos previos, propuestos por el partido , dan cauce s ohli - R5
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