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diendo de partidos. sin y sobre !os partidos; estos no son la represen tación del verdadero pueblo . A lo más, ics sectores y partidos serán un accidente, un adjetivo ciel pue.tlo, el cual substancialmente y en el sen – tido en que es soberano, es algo distinto de todos ellos, de cada uno y del conjunto . Los part;dos y las cpiniones a base de los cuales se crean los partidc.z. nacen y mueren; e l pueblo como tal es algo per – duratle. invariable, substancial, aun que como las células en el cuerpo. vayan apareciendo y desapareciendo los hombres ; si desapr &cen los partidos. aunque no haya partidos habrá pueblo . luego los partidos no son el pueblo . Cuando decimos los partidos» expresamos una abstrac– ción que como tal no es algo real y concre tamente existen te. Los partidos son el partido A, B, C. Si A, B, C pueden variar y hacen:e D. E. A, B. C dejaron de existir. Si A, B, C era el pueblo, el pueblo españo l del sig lo XX es otro q ue el del siglo XIX; más el sujeto o substrae/un de las variaciones no varía, porque el móvil es el mismo en la variación o movimiento en la trayec toria ; si el pueblo es e l que viene a tener partidos que surgen y fenecen, el pueblo es lo invariable y los pa rtidos no son el pueblo. Un ciudadano puede no pertenecer a ningún partido; o porque no hay partido que represen te a su opinión, o por– que , en uso de su libertad v autonomía , no quiere reclutars e en un par tido, ni quiere jefa turas ; porque el partido no es so lo los que opinan de una manera, sino los dirigentes que. para alg unos , pueden ser indeseables; lo que a ese ciudada– no le sucede, puede ser qu e suceda a l .COO y a 20.000 ciud a– danos ; más estos pertenecen al pueb lo; luego el pueb lo no son los partidos . Además : los partidos so:1 a base de opiniones; los que se reclutan en un partido unos no saben opinar; otros opinan con el estón!ago o con e l pancreas; otros coinciden con sus corre ligicnarios en algún ¡::unto fundamenta l, en tendencias y criterios genéricos, más no coinciden en todos los puntos y procedimientos que abarca la vida civil y el gobierno de la nación. Lu3go un partido no es la encarn ación y la expre – sión integral de la opinión de cada uno de sus afiliados; ni muchísimo menos ; estos, si han de prevalecer las aspiracio – nes fundamen tales. necesitan acomodarse y resignarse a mu– chas cosas que les repugnan; de donde los reclutados en un par tido no están adecuadamente representados en él; nec e- 84

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