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ción necesita de esos productos pero car ece de ellos . Aque– lla no puede, l'.citamente, impedir la salida de los productos en que sobreabunda o darlo en condiciones onerosas en ex – ceso . El derec ho qu e los puel:,los tienen a la tierra, a los b ie– nes exte rnos naturales de que nece sitan , correlativo al de– ber de los que los poseen y no :os nec esi tan, ha de tener un intérprete y un legi sla dcr que no puede ser sino de carácter internacional, porq ue todos los otros procedimientos, si cir– cunstancialmen te pueden tener éxito, no tienen la consisten – cia y la ser:edad que respon da a un imperativo del derecho na tur al. Y la naci<'.,n que sobreabund a ejercerá su p lena soberanía en lo polít ico, pero tiene que ser intervenida en lo social, pues ambos se distinguen. Y si se d istinguen, el régimen social y :::us organismos han de poseer y ejercer una com – peter. .cia propia y robusta; y para los gobernantes o autorida– des p.Jlíticas, gobernar será respe tar al régimen socia l y ha– cer que se le respete, amparando; y, a lo más intervenir cuan – do y mienlras sobrevienen situaciones de inquietud y desor – den . Lo cua l no es reconocer inferic,rida d y subordinación del régimen social respecto del político; porque la necesidad de amr,aro no es inferioridad cuando se tiene derecho est ricto a la protecc ión, con estricta y grave obligación de pr estarla en las autoridades po:íticas . Por lo contrario, si alg una subordinación ha de re conocer– !::ie será de h política a lo socia l. Cesde luego, ha de haber relac iones íntimas y de cordia– lidad enire las auto ridades políticas y las sociales, ya porque son les mismo!o lea sujeloa de una y otra jurisdicción, ya por – q ue hay ma terias mixtas en las qu e deben proc eder de acuer – do concilian do intereses. Mas no está el objetivo de este libro , que ssña la rutas, descender a esos asuntos. En el capí tulo siguie~ .te quedará confirmad a con clari – dades vivas la tesis que intenta mos. S í) ' -