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mezcla de intereses, repercuten en la legislación social y en la administración las necesidades y los anhelos de la nación como nación, y el poder público ext rae caudales de donde puede, y lo que deb iera ir limpia y escrupulosamente a las neces idades socia les y que para ellas se da, n.adie sab e a dónde va y en qué se emplea; en las altas esferas se profesa un ocuitismo y una dominac ión que insp iran recelo y que desalientan a los ciudadancs en su cooperación a la justicia social; el Estado es i11..saciabley los gobernantes no andan en escrúpulos. Si las razones expue .:;tas no acaban de convence r, que– dan confirmadas y robustecidas con las siguientes conside– raciones . Lo político, no tiene internacionalidad sino extrínseca – mente y por accidente; cada Estado está como c!ausurado en sí mismo, en su soberanía . Aunque tedas las naciones se asocien menos una, no pueden ejercer sobre ésta una ve rda – dera jurisdicción, aunque ejerzan coacción, o le hagan sentir las consec uencias de su a is!amiento; porque si una nación tiene cero de competencia para mandar dentro de otra, cien naciones son cien ceros de derecho para imponerse a una; y los mot ivos que hacen obligatoria moralmente la asocia – ción son extrínsecos y en sí contingentes, y más que necesa – ria para el bien, necesaria para evitar inconvenientes y males . En cambio lo socia l es esencial e intrínsecament e inter– nacional, hoy que es posible y más necesaria, una interna – cionalidad que, en lo social, posea una jurisdicción ve rda– deramente tal, en el seno de las naciones políticamente soberanas. Porque la tierra es para todos y en unos pueblos se abunda en bienes naturales de que carecen otros pueblos y que les son absolutamente necesarios; y unos pueblos ne – cesitan asistencia y otros pueden y deben prestarla, rig iendo entre pueblos la ley que rige a los individ uos; y para que se cumpla la justicia social, es necesaria una solidaridad orde – nada por un peder internacional , que no es un poder extraño a cada pueblo, sino convergencia obligada por el derecho natural, de todos los pueblos, con una soberanía en las fu11r ciones que necesita ejercer, que no sería compatible (y debe serlo) con la soberan ía en lo político, si no se distinguiesen lo político y lo social. Por ejemplo: una nación tiene en su territorio, supera – bundante petróleo o productos y minas riquísimas; olra na- 81

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