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que a lo social pertenece ese deber que le quita al socorro el carác ter de limosna. En el capítulo precedente se pone un ejemplo, el del derecho estricto que un niño tiene a ser sustentado por los padres, al cual responde la estricta obligación de justicia, en és tos . El n:ñc necesita especial alimento y la naturaleza llena de leche los pechos de la madre; ¿no falta ésta a la justicia estricta si, por negarse a amamantar al niño, éste fallece? Ese niño se desarrolla y llega a poder ejercitar su auto– nomía: necesita sustentarse; necesita trabajar, y la naturaieza, o sea, el Creador, proveyó a esa necesidad en la tierra fe. cunda y fecun dizab le pcr el trabajo y en otros recursos. Lo que antes eran los pechos de la madre, después son los bie– r.,'?s productivos: los que los poseen sobreabundantemente, son como la madre: al derecho del niño ¿sustituyó la libera– lidad y la generosidad voluntaria, de los que tienen de sobra? ¿La naturaleza dejó mutilada su obra, haciendo perpetuo mendigo al necesitado?; y si éste tiene perfec to dere cho, ¿este derecho no tiene obligación correlativa?, y si la tien e, ¿en quién está la obligación de justicia? Mas no es la necesidad inculpable el único título que, en lo social, pone relaciones de justicia estricta verdadera– mente tal. Examínense los razonamientos y las conclusiones de la Parte tercera de este libro, en la que se dan orientaciones para b aplicación de los principios sociales a la realidad de la vida . En esos razonamientos invocamos los derechos de la ne– ces idad, el respeto a la libertad y el derecho de cada uno a l fruto de su trabajo. 1. 0 Los derechos de la necesidad. Lo que el Creador hizo para todos, hizo para mí; lo que destinó a cubrir la ne– cesidad, destinó, como dueño absoluto, para cubrir mi nece– sidad porque estoy necesitado. Si el que no necesita, se · reserva lo que necesito yo, y hace para él solo, lo que Dios hizo. para mí, ¿no comete una injusticia con Dios, y conse– cuentemen te conmigo? Lo que el Creador hizo para mí es mío relativamente a los que lo tienen y no lo necesitan: si ser para mí no es ser mío ¿cómo es de mi prójimo que cons– truyó su fortuna a base de lo que Dios hizo para él? O ese prójimo robó cuando ocupó lo que Dios hizo para él. o me roba, si me sustrae lo que Dios hizo para mí. ¿Estas rela - 75

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