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so . de modo que no so lamente me ayudan los qu e produc en sino los que consumen . Y repasad todos los aspectos de la compl e jidad de la vida, y veréis c,ue, entre los hombres todos, se da una so– lidaridad profunda, pues si tantos son los que a mi provecho concurren, yo también influyo en otros. Constituido cada uno en su situación , ejerciendo su pro– pia función y con su propia personalidad, uno sirve a otro, uno a muchos y muchos a uno. Es verdad que esta solidariciad no se ejerce directamen – te intentad,1 y que cada cual busca y pretende (como regla genera l qu8 tiene muchas excepdones) su propio provecho en la retribución de su trabajo; más la solidaridad en tre los hombres. la mutua com¡:;lemen tación s:n renuncia de la au– tonomía personal es un hecho natural y espontáneo . Be1Jís.ill"0 ejE:t:1plo de soli daridad tenemos en la fami lia, socie dad o ins titución la más clefinidamente impuesta ~or la naturaleza. En la familia uno es para otro y para todos y to– dos para uno, compleme n tándose, teniendo amorosa solici – tud de los niños. de les ancianos y de los enfermos : y cuan– do la curación de un enfermo exige grandes dispandi os, la fam!lia S9 resigna a empobrecerse ; y los familiares pose en cada uno su propia persona lidad y su función p ropi a, aun– que condic io:1ada por sagrados deberes y por e x ce 1sos amores . Para est r b)ecer la jus ticia socja l, P.o debemos incurrir en una qrande injusticia, obligando a que todos ab dique n de su au tono mía y de sus d0rechos. para crear un pode r ce – saris ta oor imposición de la mayoría . Si un individu o tiene cero de compelenda para imponerse a otro, un millón de in– dividues son cero para impcnerse a uno solo ; en lo es pe cí– fico no hay qrados, y tan ( ro es un mil igram o como una tonelada de ese me tal. y tan respetable es e l derecho de uno como el de mil que convengan entre sí . La cuestión se reduce e esto : El ejercicio bien ord s nedo de la solidaridad en un ré– gimen democrát ico ¿es suficien te para es tab lece r la justicia social y para satisfacer a 1-s leqíti111as aspiraciones d e to– dos? Si es s uficiente, no es r.irocedente una organización que sacrifiq ue la é't1lcnomíc1de 1 o,; individues v de sus sociedades o empresas de carácter priv1do; el lect¿r verñ en el curs -:, de estos capítulos , si e l s·olidarismo satisface . 32

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