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APENDICE TERCERO EL SOLIDARISMO DEMOCRATICO EN SU RELACION CON LOS SINDICATOS OBREROS Nos referimos aquí a las agrupaciones, sociedades o sindicatos de trabajadores, que vienen rea lizando una labor de defensa del derecho y de los intereses leg ítimos de la dase obrera, con dirigentes expertos y de toda solvencia moral. que ins¡:úa confianza a los asociados. 'En legislaciones que, en lo social, son deficientes, un obrero no puede defenderse eficazmente contra posibles abu– sos del patrono y contra injustas prevalencias; es impo tent e. La suma de ceros es cero, y la mult itud de obreros, es mul – titud de impotentes contra los de arriba, mientras sean un acerbo, una masa atomizada; si surge una protesta en todos. o sea en los muchos uno s, esa unanimidad es accidental, efímera. inconsistente y fácilmente superable como inarticu– lada: así se explica que uno o una minoría se imponga a una en orme mayoría por la unidad de la minoría y la ato– mización y falta de unidad de la mayoría: v. gr. el que Roma hubiese sojuzgado a tantos ¡::ueblcs , en su antiguo Imperio. Reunidos y asociados los obreros, con un principio de unidad y dirección, la personalidad de cada uno queda ro– bustecida, y la colectividad es poderosa para impone rs e contra abusos y prevalencias; y esta es la razón de ser de los Sindicatos. 'El Sindicato responde a una necesidad de defens a del derecho del trabajado r; luego los obreros tienen derecho y en cierto sentido tienen obligación de sindicarse; obliga– ción, porque, si cada uno puede renunciar a la defensa de su propio derecho, no puede inhibirse en la defensa del derecho del traba jo, que es el derecho de los trabajadores todos; la pasividad de uno y de otro. la indefensión de éste y de aquél hace posible la injustir;ia, y colabora a ella. Mas los Sindicatos son un remedio de urgencia, inte- 275
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