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A los pueblos hay que decirles: esta debe ser vu e stra orga nizació n social: estos son los principios y los criterios de las re lac ione s de los hombres en el uso de los bienes y de las facu ltades que Dios d ió para todo s: esto es lo que os debéis los unos a los otros: o hab ríamos de repudiar, tam– bién , el mismo evange lio; habríamos de ren unciar a la ju s– ticia y a la paz. para devorarnos unos a otros , en luchas cuya secuela son las guerras, las conturbaciones trágicas, las devastaciones, las lágrimas y la sangre : porque, al fin de todo, cuan do no impera la razón y la justicia, acabamos por resolver les pleitos a golpes y a sablazos . La única objeción ser ia contra el régimen, es el demos– trar que no es de justicia o que caben otros caminos para la justicia y para la paz: y entonces, la objeción no vale si no se muestra n eso s otros caminos, esas otras organizacio– nes más racionales, más humanas y más eficaces. El Solidarismo está conde::iado al fracaso: no están con– denados al fracaso el capitalismo, el comunismo, el socialis– mo y el sindic alismo . Fracasará una organización natural, que es a base de instituciones que surgen por impe rativo de la natura leza humana, como fenóme no de todos los pue– blos y de todos les siglos : no fracasarán las organizaciones ar tifi ciosas, los recursos de invención humana, lo que res– ponde a opinio nes. Es necedad el descal ificar al pu eblo hasta conside rarlo incapaz de ejercer su sob eranía en lo social; hay motivo para descalificar en ese sentido a todos los regímenes polí – ticos tan to más cuan to más an tidemocrático s. Atmque conve ngamos en que, en la lenta evolución de la humanidad en situaciones regresivas, los reyes, empera– dores y capi tanes , el estatismo abso lut ista, han hecho su pape l. tencmcs que convenir también, en que las ambicio– ne s y las luchas por conquis tar el poder , la parcia lidad y la arbitrariedad de los que lo han ejerc ido. ]a mala conducta y la relajación de los poderosos y d irigent es , la lluvia de inju sticias y atropellos. disponiendo de los bienes, de la sangre y de la vida de les ciudadanos, han escandalizado al pueblo. lo han pervertid o, lo han contaminado compro– metiéndo le en contien da s sangrientas, por ob jetivos que no l e interesaban ; por culpa de los poderosos han fermentado en el pueblo odios fratricidas, con desbordamientos de cri– minalidad, en encontronazos e invasiones cuya causa origi– nar ia no tenía razón de se r para aquéllos que se mataban; 252

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