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Ahora bien; cua ndo se trata aquí de empresas, de explo– tacio nes, de establecimientos lucrat ivos, nos referimos a las que y a los que manipula:1 con b·c:1es n~lurales produc tivo:; (fecundi zables o utilizab le::;), bien directa e inmediatamente , e bien mediatame nte, o sea, co:1 productos obtenidos de aquellos bienes. Si la explotación e esiablecim iento no necesita servido– res a sueldo o a jornal, no por eso está desobligado a dar p.rticipación al trabajo; porq ue esas empresas están conec– tadas con empresas y ccn prcductos que necesitan trabaja– do res, y porque no es jas tc que se alzen con las utilidades de bienes na tur ales, como si la eficacia del capital fuese la de los bienes que representa , como tene mos dicho; si a ese propietario de empresa o explotación le quitan todo lo que es fruto del trabajo de otros, se hallar '.a en desnudez y pa– nlización . Entran, pues, en la obligación de dar participació n de uiilidades al trabajo las explotaciones agrícolas, industriales, comerciales y establecim ientos como bares, cafés, fondas, c3sas bancarias, etc. Aunque ne se manipule con biene s naturales, si se ex– plotan la condición na tural y las costumbres de las masas p::>pulares, y más si se necesitan servidores asalariados y recursos v. gr. industriakis, la explotac ión o empresa debe dar participación al trabajo v. gr. los cines, los deportes or– ganizados, los teatros, etc . Cuando se trata del capita l a estos efectos de que nos ocupamos , se trata del capital comprometido en la empresa o explotación o establecimiento, pero con verdadera y posi– tiva eficacia. Y en esto tienen la pa labra los economistas y financieros: el capital participa en les beneficios por su efi– cacia en la pro ducció n. En la ampliación del capita l de la empresa o negocio, en la emis ión o creación y reparto y venta de acc:ones, ha de evitarse la introducción de capi tal que , sin eficacia en la producción, demande beneficios con e scamo teo de los que perte necen al trabajo. No hace falta advert ir que por capital entendemos tam– bién, el valer de los bienes de las instalaciones y exist encias de una empresa o es tabl ecim iento; y también esa valoración ha de ser fisca lizada para que sea justa y para que no sea ocas ión o recurso para ¡::oner como capital de eficacia, lo que no es o no la tiene. Cuando tratamos aquí del trabajo, nos referimo s al tra- 187