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En aquella materialidad de la escritura se expresan , sin embargo, $ublimes pensamientos; el que cono zca la lengua en que está escrito el libro captará esos pensamientos y aunque no pueda menos de ir leyendo las páginas, ni se fija en la materialidad de las letras, absorbido por el asunto que expresan. Las imágenes sen~ib les , las representaciones imaginati– vas sen algo concreto material, algo extenso, la materialidad de las letras del libro; para un sensitivo no inte ligente nada le dicen de su contenido inteligible; un sensitivo inteligente halla en ellos lo inteligible, por la luz que irradia sobi:e ellas el entendimiento iluminándolas, prescindiendo de lo indivi– dual y material, por la fuerza de la abstracción; las ideas están en lo sensible como están en las letras del libro, y captadc lo inteligible tiene una maravillosa fecundidad en ulteriores activida de s ps :quicas en las que la sensibilidad tiene el m'.nimum de entrometimiento por razón del sujeto uno. Téngase en cuenta que ro es el cerebro y la imag i– nacién la que contiene al intelecto sino que éste contiene a la imaginación aunque su jurisdicció n no- salga del campo del compuesto humano. D) El alma o princ1p10 vital n.o está en el cuerp~ como en lugar, a la manera que un objeto está en una mesa, sino como forma v por influ jo formal y direcció n intrínseca . El influjo formal. distinto de In causalidad eficiente y de la final, es d ifícil d e concebir a los no iniciados en filosofía; acudiré a un ejemp 1 c: la retina del ojo necesita ser impre– sionada pcr el obj e to vis ible; esta impresión (espacie impresa) en la que e l ojo es pasivo, provoca una reacción del órgano, la expresién vita l del objeto (en la que el ojo es activo) ex– presión que termina en el objeto, y esto es visión. La e~pecie impresa no es el sujeto que vé, ni es Jo que se vé, sino que por ella se vé el objeto. Es un accidente del órgano; pero la visión es una acción real pcsee su realidad, y re~pecto de esta realidad de la visión, la especie impresa no es un accidente. sine que pertenece a la esencia de la acción con causalidad formal. como forma o determinante intern o de la acción . Así es el influjo del alma en el cuerpo constituyendo con él un solo ser específico, como la especie impresa constituye una misma realidad de la visión. Supue sta e·•ta aclaración, dice el doctor de la Jqlesii\ Santo Tomás que el alma en c uanto intelectiva, es forma lli

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