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El interés socia l ha de regir en el territorio de la Con– federación y, como se tiene dicho, lo principal es evitar los abusos, las prevalencias injustas y la arbitrariedad , y deter– minar la cuantía del interés con recta intención, con criterios ob jetivos, sin pretender la justeza matemática que es difícil. Pueden servir de orienta ción las explotaciones agrícolas que son las que más a tono están en el medio social, las que más uniformidad ofrecen; acudamos a un ejemplo : se trata de una finca o tierra laborable que no tiene especial valoración, mayor o menor que la corriente, por sus parti – cula res condicio nes. Esa finca rinde como térmi no medio lo que necesita para vivir la familia que la trabaja, de promedio de nurnerosidad; se calcu la lo que la subsistencia de esa familia, con los re– cursos que ob tiene de la finca , importa en dinero s~gún el cos te de la vida. Según la norma general soli darista, los beneficios de las explotaciones pertenecen por igual al trabajo y al capital; en nuestro caso la familia que posee y trabaja la finca es el trabajador y el capitalista; necesita, además, de todo h aue la finca prod uce; pero la mitad de lo que produce, co– rresponderá al capital si cupiese distribució .n; po r lo tanto, la mitad de lo aue importa en dinero lo que la familia con– sume, será e l interés del cap ital que vale la finca según lo a ue f.e p3.qará por ella si hubiese de venderse; ya se ve que e l interés es tá a tono del cost e de la vida . Este cálcu lo puede compl etarse con lo que ocurre en otras explotaciones. ,60

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