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régimen solidarista sale a los abusos y prevalencias de cier– tas colegiaciones y confabulaciones . Todos y cada uno de los vecinos son fiscal es y a todos interesa denunciar esos delitos que con frecuencia son críme – nes que merecerían la última pena. El único recu rso eficaz contra tales abusos es la gravedad de la sanción, la cual puede llegar a ser una expoliación de bienes y una tal priva – ción perpetua de derechos , que constituya muerte civil; y todo es necesario para contener la audacia escalofriante de los que arden en fiebre de ambición. En siglos pasados el robo se castigaba con la horca y la gravedad de esta pena , suplía el defecto de organización de la vigilancia. Eliminados esos obstáculos, la libre concur ren cia en la libertad de los precios, traerá la racio¡ialidad de estos; más no con eso sólo se evitan abusos, sobre todo en situaciones de carestía; para defender al pueb lo no hace falta atentar a la libertad, basta contener el libertarismo. Si se trata de cosas necesa rias, pero no de cosas de pri– mera necesidad, (y necesario es lo que no es lujo y de satis – facciones supe rfluas), lo únicamente posible y práctico es sancionar a los que exigen precios notoria y escandalosamente excesivos cuando no están justificados . Las autoridades so– ciales proveerán adoptando el modo de recibir las denuncias y de resolverlas, lo más expeditivamente. Respecto de los productos de primera nec esidad, como alimentos, vestido, calzado, viviendas y cuanto es absoluta – mente indispensable, las autoridades sociales publica rán una relación de las cosas que se reputan como necesarias de pri – mera necesidad; los productores y comerciantes deberán po – ner al público, con toda claridad, el precio de las cosas ne ce– sarias que venden; si hay quejas acerca de la calidad o del precio, se examinan los casos y se sancionan, si no están justificados; si lo están se estudian las causas para remediar – las; y si no cabe remedia r la elevación de precios y si el fenómeno es general (como habrá de serlo porque de no serlo habrán de sucumbir los que no pueden vender en precio menor al corriente ) se elevan los salarios y la cuantía de asistencia a los pobres y la del interés social a los capi– tales acogidos al Banco de la Confederación (del que más · adelante trataremos). Mas podrá ocurrir que la elevación de salarios determine otra elevación de precios. Si la elevación de precios no radica en las dificultades 151