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el orden de prelación y todo se hace sin prevalenc_¡as, sin disputas y con administrac ión seria y a la luz del dia. Todavía existen molinos antiguos del Municipio y restos o recuerdos de intervención municipal para ciertos serv icios y faenas; hoy se crean sindicatos; mas en el espíritu del solidarismo está que la convergencia de los vecinos para realizar algo en común sea el Concejo sccial municipal; y es éste el que si necesita ayuda económica, ofrece mejor título y mayores garantías. De los mismos principios de derecho de ayuda para desenvolver capacidades que siquiera r,adicalmente se po– seen, se deriva también la ayuda a los jóvenes de familias pobres para su formación . Cuando un niño revela capacidades no comunes, condi– ciones y aficiones para una carrera, arte u oficio, el Muni– cipio costeará los gastos de su formación y proveerá a ella. Mas cuando el favorecido recoja el fruto de su capacidad completada , deberá reintegrar en la forma que no resulte demasiado onerosa los gastos de su preparación para ayudar a otros jóvenes aue se hallen en las mismas condiciones y a quienes el Municipio considera que debe atender. NOTA.- Es oportuna una advertencia a los Mun icipios Católicos . Cuando en una entidad civil soberana, la religión cató– lica es socia lmente evidente, es decir, cuando son· católicos los ciudadanos en su inmensa mayoría (y para eso no se computan los católicos de solo nombre como dice el Cardenal Cavaqnis) esa enti dad debe ser católica como tal entidad, aunque en sus leyes se tenga en cuenta el respeto a la con– ciencia y a los derechos que proceda reconocer en los núcleos de otras religiones. Siendo soberano por sí el Municipio. aunque de hecho v por accidente no lo sea por estar bajo más amplia juris– dicción, para los efectos a que me refiero, esa soberanía por sí no se suspende ni limita en orden a los deberes religiosos que son por sí o no por accidente . El Munici pio debe ser católico en la hipótesis dicha y deber suyo es cuidarse de que, si hay quienes se sienten con vocación al estado ecle siás tico y son oobres, se les avude, en mayor o menor número, según la importancia de la población. Porque necesitando el pueblo cristiano sacerdotes, el pueblo cristiano debe procurarlos en su seno y no inhibirse en un asunto de tan trascenden tal necesidad. 148

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