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dación, an tes de que sobrevengan daños de importancia e irreparab les. Mas si la empres:1 llega a amortizar el capital, o si este capital que se facilitó es sustituído por otro capital, adquiere su independe ncia, cesando la intervención municipal. El control y fiscalización que se ejerce ha de ser eficaz y severc; el fracaso rep?tido de estas empresas traería funes– tas consecuencias p.ua los mismos trabajadores y crearía una desconfianza desmoralizadora . mientras que la seriedad y consistencia de la intervención cie las autoridades sociales, aumentará la confianza de todos y las facilidades de atender a mayor número de solic itantes de apoyo . Cua ndo el interventor denuncia la comprometida situa– ción de un a de estas empresas , el asunto pasa a es tudio de los que lo aprob3ron, los cuales decre tan la resolución a tomar, que puede ser la inca utación de la empresa y su liqui– dación o traspaso por venta a pública subasta, en la que, en igual dad de oferta, son preferidos los trabajadores de sol– vencia y capacidad. Si se trata de capital prestado a empresas o explotaciones ya existentes de que vamo s a tratar, se ape la a los recursos menos onerosos, pero eficaces de salvar al capital e intereses, respe tándose siempre lo que constit uy e patrimonio familiar. Puede neces itar ayuda en dinero no solamente el traba– jador de iniciativa. sino el modesto agricultor que dispone de tierras propias o· en arriendo. el indus trial y el comer– ciante, el que trabaja por cuenta propia; y se le ha de prestar ayu da ya que el prés tamo sea para mejorar o ya que sea para reparación de daños y quebrantos por accidentes que no sean la mala administrac ión, e l desacier to, la incapacidad o la flojedad e inactividad . Muchas cosas se pueden hace r y se hacen colectiva– mente en mejores condiciones y con más facilidades que si s? procede individualmente. Una trilladera s;rve para varios vecinos; maquinaria. abonos, p;em:os. semillas, sementales, etc., en la agricultura y ganadería; y lo mismo ocurre respecto de lo que pueden nece sitar y necesitan adquirir la indust ria y el comercio; princip:lmente nos referimos a la agricultura y a pueblos de no muchos vecinos. En alqunos pueblos de Navarra vemos que es el mismo Concejo municical el que trae una o varias trilladoras con aportaciones de los vecin os o por su cuen ta; se saca a suerte 147

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