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Pero mirando a su aspecto formal, a la dirección o ten– dencia, esta está impuesta por el fin, por la finalidad a la que se aspira. Mas ese trabajo tiene dos finalidades, una subordinada a la otra; dos fina lidades que los filósofos llaman iinis operis y finis operan/is, fin de la obra y fin del operante ; el fin de la obra es el término inmediato y objetivo del trabajo mismo en sí; un relojero construye relojes para que marquen las horas; el fin del operante es algo subjetivo, y ese relojero construye relojes para venderlos y obtener recursos para su subsistencia; es la finalidad que se propone el que trabaja . Ambas finalidades pueden coincidir y ser materialmente idénticas pero son formalmente distintas. Pero en las acciones humanas se da siempre una fina li– dad última, un supremo determinante interno o subjetivo que no se ordena a otra finalidad y del cual se origina la razón suficiente y plena del ejercicio de las facultades. El uso de los medios tiene su motivo en el fin a que se ordena; si este fin no se ordena a otro, ese fin es el último Y. supremo; si se ordena a otro fin, tiene razón de medio y siempre tendremos que el impulso a obrar nace de una últi– ma finalidad. Así; aquel relojero construye relojes para sus– tentar su vida y según cual sea la significación que la vida tiene para él, tendremos una última finalidad . La finalidad última del racional como tal, es racional y elevada, razón suprema de la vida, cumpl imiento de deberes como el sustentar la familia, deberes que emanan de una ley superior; aunque el racional como libre pueda proceder irracionalmente, esto es por accidente; el hombre como hom– bre aspira a una elevada finalidad y hay que suponerla a priori en todos . Esa finalidad última del trabajador, transciende e invade al trabajo, es lo que lo impulsa y determina, aunque el tra– bajador no se actúe siempre en ella; va impl ícit a esa inten– ción que es el alma del trabajo, elevándolo, dignificándolo, espiritualizándolo, y todo trabajo humano por torpe que sea, es una realidad espiritual colocada fuera de la línea de todo otro trab 3.jo de seres destituídos de razón. Una actividad o entidad espiritual no tiene equivalencia en cosas materiales y el trabajo humano no la tiene ni aun mirando a su utilidad inmediata; el trabajo no es precio estimable, ni se alqui la al trabajador como se alquila una caballería o una máquina; el trabajo humano es trabajo de 138

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