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.yo hice, yo haré », concibe y mide el tiempo y ve lo pasado como pasado, Jo presente cerno presente, Jo futuro como futuro: el yo está, pues, scbre el tiempo; en el tiempo el «ahora » es un algc. indivisib le que fluye haciéndose pasado lo que era futuro; pero el «ahora » del que está sobre el tiempo no fluye, su duración no es sucesiva, no puede cor– tarse , es €terna en cuanto a su substancia aunque se suce– dan sus acciones. El hombre, a l recibir sus impres iones sensibles y for– mar sus representac iones imag ina tivas , flotando sobre ellas, sabe prescindir del espacio y del tiempo y de notas indivi– duantes y concretas; como uno que, mirando un edificio, prescinde de sus mater ias y se queda con el plano de la casa que _puede realizarse con otros materiales y en otro lugar y tiempo; así formamos las ideas mediante la abstrac– c;én . Por ejemplo: La idea de triángulo y la de hombre no son representac iones imaginativas; en el consorcio de la inteligencia con la imaginación a la idea del triángulo acom – r:aña un:i. imagen borr csa y vaga; mas si la imagen sensible fue se la idea, po driamos dibujarla en un encerado; esa figura tendría deter m!n :1.do tamaño, determinada materia, determi– nado s detalles; y si ella fuese la idea y no una de tantas r€aHzaciones de la misma, no !::ería triángulo sino lo que fuese de €2e tamaño y de es:i.s notas o datos individuantes . Reladcnando !de:1.s, fcrmulamos juicios, o sea, afirma– cicne:s y nega::·c nes de identidad y conveniencia del sujeto y el predicado, as í diqo: la nieve es blanca, el hombre es racicnal; ju icios que dial écticamente se expresarían así: la nieve es algo bl311co, el hombre es ser racional, la infusión de digital es algo que activa el corazón. La palabra o cópula es expres:1 tiempc presente, pero en esos juicios prescindo de1 Hempo ,ocrque llevan universalidad y necesidad . La nie – ve (no solamente esa o aquella) es (no solamente ahora sino que ha sido y será) blanca: la infusión de digital (no ésta r:ólo) activa (s~empre ) al corazón (no este corazón solamen te ). De ne ser así no con<ctruir:amos las ciencias; hemos ~x¡::::rimentado que la nie ve es blanca en todo tiempo y lug ar , en diversí simas circunstancias; un fenómeno constan– te reclam a una causa constante oue ,aquí no puede ser otra que la m.turale za específ!ca de la nieve, del agua en ese 0?tado, y di go «la nieve es blanca ». Al juzgar así estoy fue– ra de lo concre to, d e lo individual. fuera, por lo tanto, de lo se nsib le concreto, aunqu e juzgue acerca de lo sensible; así 12