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CAPITULO 2. 0 POR QUE, PARA EL SOSTENIMIENTO DE LOS HOGARES Y DE LAS MUJERES POBRES, SE APELA EN EL SOLIDA– RISMO A LA CONTRIBUCION Y DIRECTA COOPERACION DE LAS FAMILIAS, PRECISAMENTE ¿No es mejor que la asistencia a los d éb iles, en lugar de gravitar sobre familias o personas. gravite sobre cosas, v. gr. sobre fincas, sobre capitales, sobre empresas y estableci– miento s lucrativos? Se responde negativamente; porque la contribución so– bre cosas ni es justa ni es moralizadora. De apelarse a esos valores, disminuiría la cuantía de sus rendimientos, y la rebaja de beneficios sufrirían, en fin de cuentas, las fomilias, no pocas de las cuales nece– sitan del ingreso de todos los beneficios que les correspon– dan, y contrib uir ían a la asistencia de los pobres, no de lo que les sobra, sino de lo que necesitan, lo cual es contra el criterio fundamental solidarista y contra la justicia. Además, en este caso, con.tribuiría el capital, pero, al menos directa – mente, no contribuiría el trabajo, y la contribución indirecta (por una menor participación de beneficios) podría ser exce– sivamente onerosa. En cambio, al contribuir las familias directamente, con– tribuyen las cosas y el trabajo, pues todos estos factores cristalizan. por fin, en la situación económica de las familias, y el trabajo no se ve libre de una cooperación que puede ser rl.e justicia, puesto que hay familias de trabajadores en las que se juntan varios salarios, sobrándole s para su sub– sistencia. La contribución de las cosas no es moralizadora, como la directa de las familias, en las cuales se adquiere la con– ciencia del deber y el verdadero concepto de la fraternidad 117

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