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lo que sobra a una familia des pués de cubiertas sus nece– sidades, mien tras haya familias vecinas que inculpablemen te carezcan de rec ursos de decorosa subsistencia ». Como no es lo mismo dar de lo poco que sobra . que dar de lo mucho que sobra, las aportaciones han de ser en un tan to por ciento a !o que sobra y en proporción pro– gresiva . En un Municipio se conocen !cdos y hay medios eficaces para enjuiciar acerca de la capacidad económica de los que no necesitan todo lo que poseen. A es ta contribución vienen obligados todos los que abundan, los propietarios, los capitalistas y las familias que viven del trabajo a las que tambi én puede sobrar. Si la solidaridad a estos efectos se consi dera que es más conveniente y más práctica que sea en la Federac ión, há– gase así. Radical parecerá esta solidaridad; radical en nuestras cos tumbres, en el indiv idualis mo en que se vive; pero es de justicia y hay que es!ab!ecer la aunque se raje la luna. OB~ERVACION ADICIONAL.- Las familias tienen que dar de lo que les sobra. Mas como la tenden cia de todos es a no consid erar nada como supérfluo, a estimar que nece. sitan de todo lo que tienen, el santo Doctor Tomás de Aqui· no, orienta a los tratadis!as encareciendo que está bien provea y re serve para nec esidades corrientes y verdaderamen te prcb:1ble~; mas es supérfl uo el poveer a con tingencias no probables y extraordinarias, pcrque tenemos el precepto de l Señor Jesucristo de no preocuparn8s del día de mañana y de confiar en la prov idencia pa ternal de Dios; no nos escusa el pretexto de prevenir todo lo adverso posible, sin verda. <lera probab ilidad . 115

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