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todos da; suyos son la luz y el calor vivificante del sol, la vida y la belleza. L:1s cosas del Universo son la conjugación y manifestación de sus atributos y perfecciones. B) En cada ur.-:::de los vivientes y en los mutuos relaciona– mientos de sere 3 del Universo sensible. brilla la convenien– cia como resultado y l:1 finalidad como principio, radicada en cada une de ellos, como sello del Creador. Y el Universo mismo ¿no tendrá una finalidad digna de Dios? Dios no ne– cesita el Univerrn para s:; ¿para quiénes y para qué está des– tinado? Los seres puramente espirituales no tienen que servirse de las cosas sensibles. Para conocer a Dios reciben su luz directamente; no es para ellos el mundo sensible . ~re ar el Un '.verso solamente para que lleve en su seno seres inconscie :2!9s, atenidos a impresiones sensibles, sin Eolar sobre elb: ni dominarlas, apreciando todo según la utiHdad inmedic:l3 y restringida en el marco de !os instintos, es como no crea ·'.o para nadie y para nada levantado y su– bHme, quedand o en el vacío las ideas cuyo contenido reali– zan las cesas, la belleza, las intenciones de Dios, la manifes– tación que llevan, implícita, de los atributos divinos. El Universo sería u na expansión de la verdad y de la bondad de Dios, para los qu9 ni captan la verdad ni son capaces de agradecer h generosidad del Creador y corre spon d erle con el amor; un absurdo. La clave que nos descubre la finalidad del mundo sen– sible es el hombre, constituído, como sensitivo. en el seno del Unive rso sensible, pero perteneciendo más al mundo de los espíritus como inteligente; un sensitivo inteligente, o, más bien, un inte\igente sensitivo que supera a todos los seres sensitivos. En el plan o de los seres sens itivos, el hombre ocupa lugar más elev ado. norque su sensibi lidad, informada por h inteligencia, e::á impregnada de espiritualidad; en el plano de los seres intdectivos está en el último lugar, porque las substancias intelectivas que no tienen cuerpo, conocen por intuición y el hombre conoce por abstracciones y raciocinio. El hombre es . pues. el lazo y conectación de ambas cr eac;on es, de la de lo sensible y de la de los espír itus. El mundo sensible está a l servicio del hombre. al de su vida 9

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