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pos esterilizados, las montañas de cadáveres, la destrucci~n de valores inmensos: fruto del individualismo de las nacio – nes, del utilitarismo, de la ausencia de fraternidad y soli – daridad. Si todos esos valores y energías, consumidos y consu– midas tan trágicamente, se hubiesen empleado en explotar inmensos territorios , en establecer comunicaciones, en des– congestionar a los pueblos pletóricos de pobladores, en cons– truir y edificar, en aprovechar los inventos , no para matar y para destruir, sino para recursos de vivir, otra sería nuestra situación; y para que las naciones no vivan en recelos, obli– gadas a armarse y obligadas a guerrear, no hay otro recurso que una solidaridad mantenida robustamente por un principio de unidad, por la sociedad de las naciones. Entonces, las fronteras entre nación y nación no tendrían la significación que vienen teniendo; no serían la muralla difícilmen te franqueable, con separación, no humana sino de fieras, que asegura contra un enemigo actual o po sible; las fro:iteras tendrían una función de dirección y ordenación, se– ña lando el límite de jurisdicción y competencia, en tre pue– blos amigos y hermanos . EL Solidarismo se atiene y se restringe a la ordenación socia l, cuyo régimen es distiñto del político. aunque conec– tado con él. Es un hecho, impuesto por la natura leza, que unos pue– blos sobreabundan en bienes y producciones de que otros pueblos necesitan y de que carecen: minas de carbón, de petróleo, de otras diversas substancias de eficaz aplicación; fecundidad en ciertos productos, etc. Es un hecho, que hay nacio nes pletóricas de población a la que no pueden sus– tentar y es un hecho que hay territorios fecu ndos o fecun d i– zables casi despob lados. No se debe limitar la libertad sino en lo que la justicia demanda; mas, si se limita en lo que no demanda la justicia, incurrimos en la coacción y en el imperio de la fuerza , y si no se lim ita en lo que la justicia demanda, incurrimos en el torpe liberalismo, sepulcro de la libertad. Como principio general, el Solidari smo admite la liber– tad de comercio y los pactos o tratados entre naciones y naciones. Asimismo, cuando se trata de emigraciones de ciudada – nos. respeta los impedimentos que la ley puede poner en el país ele emigración y en el país de inmigración. 106

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