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mente, y, como tenemos dicho. con belleza, con arle exqui– sito, insuperable. Digerimos el alimento porque tenemos estómago, pero tenemos estómago para digerir; vemos porque tenemos ojos, pero ten emos cjos para ver; se oxigena nuestra sangre por– que tenemos vesículas pulmonares estructuradas adaptada– mente al aire respirable y a la resp:ración, pero la anatomía y fisiología de esos órganos y de ledos son para determina– das func;cnes: quien se contente con la parte o lado ejecu– tivo, incurre en torpe error; con los mismos cien brazos y las mismas piedras co:1 que se construye un teatro, se puede construír una cárcel; depende de la intención, plano y direc– ción de l arquitecto. Por toda s partes en la naturaleza brilla la intención, la finalidad pretendida y obtenida. Los seres naturales son por lo tanto realización de ideas y finalidades de un ser inteligente y poderoso, el cual dotó a las cosas de fuerzas y actividades específicas en las que reside, como a 1 go de. ellas mismas, la tendencia y dirección a sus propios iines y al objeto del conjunto: la Naturaleza y e l Universo es la obra del ar te de Dios que está fuera y sobre ella. Ni siquiera necesi tó Dios materia preexistente; también la materia y el substractum de las cosas es obra de Dios; porque no cabe porción material que no pertenezca a especie alguna. que no posea actividad específica y no constituya un ser natural; y si Dios es quien ideó y realizó los seres naturales hizo también la materia de que constan; Dios, por lo tanto, llamó de la nada a las cosas, es decir, creó. Si suponemos una serie de espejos que se iluminen unos a otros, aunque sean incontables, el proceso no es de abajo a arriba. ascendente, como lo es en nuestra torpe explicación de la luz de uno por la luz del anterior, sino que en la realidad obje tiva el proceso es de arriba a abajo, es de scen dent e, y si no hubiese un foco de luz que brilla por sí mismo, todos los espejos se apagarían. Dics es ese foco de luz del que se deriva el ser y la vida: Dios existe por sí mismo sin limitación ni condiciona– mientos, Fabio y omnipotente, generoso y bueno; Dios es el ser positivamen te absoluto y personal, no el ser precisivamen– lc absoluto e indeterminado que como tal no puede existir, pues todo lo que existe es individual y concreto; sino el ser absolu to que no puede no existir, que de nad ie recibe y a

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