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,04 El Peregrino Atl"ntt: aneciendo la noche de aquella ceguedad, y re(l¡ ~ uyendo le eoterament~ al enfermo la luz. O finglJ. ar grandeza la de nue{ho Apofiol ! Obro con lo~ ledos en vnos ciegos ojos Franc¡fcomuerto, lo propio que Chriíl:o vivo. El Padre Balrafar Diaz apretadode fatal efqui" :1encia, corrio alarca del Sanco cuerpo pidío la ll.t~ ve para abrirla, y luego adorada la. mano de Fcan" cifco , foe rambien liberal llave, que . en la cerrada garganta le abrio puerta a la falud. Entonces fue tambien quando piadofa muger incitada de vn devo to afeéto, con motivo de be. Carie los pies al Sanco, le mordió vo dedo , para quedarfe con aquel preciofo hurto.Pero al momen– to, fre(co raudal de repentina fangre,fue purpurea Jeog,Ja,que defcubrió el intento de la muger,y pro., mulgó la perene maravill.1 Je aquella incorruptib.i-~ lidad. Affi mifmo al tiempo queel Dotor Cofme sa.; raiva por o¡cfoo del Virrey de la I odia , cuyo Me– dico era, reconocia para tefhmonio lo incorrupti– ble del venerable cuerpo, vn Padre de la Compñia, iníbndofeJo e1 miícno Medico, pufo l0s dtdos en la abierca herida, que tenia el Santo junto al lada ~zquierdo dcbax0 del cora~on, y al iníl:aore folio de ellamaravillo(a copia de (angre,y agua, que b:i• ño a los circuníl:antes de admiracion) y piedad. o fobcranoFrancifco., que tan1biendifunto rcprcfc:n~ [ali