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1 3 2 El Pereg1·ino Atlante~ Dio(eb el Rey, rogandole, que frequenraífe viGtas; parafrequencadeconfoelos, íníl:rnyendolc enfefian. ·z1s, en los profundos rnyíl:eriosde fo Féi en los altos caminos de fo virtud. Guíl:ofo fe ofreció á efto el in. íigoe varan, y reciro(e con el propio Mageíl:uofo fo:– quiro, refpirando en Cu veneracion aquellos real~ efpacios, por donde paffava, aplauf os, y admiracio, nes. . ~arel'lta y feisdias fe detuvo Francifco en aque~ lla Corre>Gendo fu empleo la enfeñanzl de aque– llas gentes. Tracava a menudo con el Rey, cuya ef. timacion , mas que agafajo, fue privanza, y ami(. tad. Ivafe poco a poco iluítrando I con el trato del Apoüol, la ignorancia del dichoCo Príncipe. Ya los Bonzos no .fe acrevian á poner delanre de fu cara, te– merofos del rayo que arn,1necia en fu cora~on.Huia\\ de Palacio, porque les del1errava del con la .voloble efpada de la Cruz, el Q!ernbin > que le bulvia Parai· fo , aldeCvanacer las obfcuridades, que le hazían in• _fierno. El abufoque para graves pecados, le concé· día la autoridad de fus infieles,Sacerdo.tes, le comuc6 el Rey, por confejo del Santo, .en conocimiento,vet· guen~a,y dolor.Apartaronfe de cerca del Rey tas im– perioC.1s caufas d·e·lafcívoscferos. Huy eron las Sire– nas, y ent raron en fo prcho las (erenidades. ~ _edo cal~.1de p~ligros la ocaGon, y poblq(e de trof eos la enmienda. No fe bautizo luego eíte Príncipe; pe_ro con .la pre-