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11 o . El Peregrino Atlante~ ciapropia? y alfin por-vueffro Licencio/ -vi-vir; -Pueflra pe~ nitcnciaesengañl)famentefalf a, elpecadodelos otroscon– fi'4damente }eguro;yla condenacion de todosmifetableme• te cterta. A la luz de eíl:asrazones, defcubricndo el Pueblo el erigañJJe indigno contra los autores del. Todos pedían reílitocion de fus limofnas defeogañados, a los que ya confdfavan la fal(edad de fus embuíl:es convencidos . Davan par difculpa aquellos infames Sa::erdoces, que por no entregacCe a los defnudos fi- ,Jt>sde la hambre, (e acogian a ta fombra de aquella ardficiofa mentira: de(de entonces deíeílimados del Pueblo,empezaron á ha:Ler en ellos mi(erable confor– tio,el de(credito,y la neceffidad. · El engaño encubierto les pufo 2ntes en eílima– ,ioo, la verdad patente les cooduxo de(pues en def• precios a la merecida pena. Perecía codo el Pueblo en los horrores de aquel obfcuro embuíl:e. O tirano imperio el del engaño! O ciego poder el de la menti· ra!Ella foeel Glvo roidofo, con que alborotando el Teatro del Paraiío,en la primer jornada del Mundo ¿¡( paro de(precios el mofquecero de la muerte. con. trae I Autor de lavida.Transformo entonces fo falíe– dad al Demonio en Gerpe, a la muger e·n fiera, y al hombre en Demonio. En la primer paz, fuemanzana de la difcordia, el veneno de la mentira; de la raiz del eng.1110> fe produxeron lasmi(eriasdel homb re en vn fcuco: fruto foyo han fidolas anguflia5 de Dios ell! vn

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