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15.f El Pcrcgrir.n Atlante. depadece,•ejlena"Pioalgun t1·übaj o , pero la inocencite de eflos ninvs ha de li"brarle. No fe engdño: porque paílando por la Isla de Zeylan,enc all6 el na vio, con mifcrable horror, y fin alguna efperan~a de folir de aquella arenofa car e el ceñia a la nave el baxio , y á todos el temor ; pues las arenas, que en la orilla íon fal vamenro, en aquellas ondas eran fepulcro: de re– pent e con la memoria de Francifco pidi endo mife– ricordia alSeñor, fe c(capó de aquel ptligro el ba.. xcl: llegó fin conrraíl:e á Coc hin. No fe rompieron fus tabl as, mas vnidas fe afirmaron,po rque en dlas fe efcrivieron en elogios de la vinµd, protecciones de Xavier . · La nave en que iva el Santo, no tuvo mejor via ... ge, pero fue mas vcnturofa en llevar mejor Peregri– no. Padeció dilat ado tiempo en pcligrofo parJgc-, inaudita tcmpefrad. Tres días fin vede el dia , fue– ron continuada noch e. La haz.icnda con cantos a– fanes adquirida, prodigos la arrojavan al mar, los que codiciofos del mar la avían facado: el que affi 1oqt1irian alivio, y bufea van remedio en aquella a– pr eta da hora¡parecia rcíl:irucion . Ya tod os contaran por puntos la vida. Que haria entonces Francifro? Deshazer la tcmpefbd con el {ercno ayrc de fu orac ion. Recogido con tranquila quietud, triunfa– vade aquella fatal turbu lcncia.In vocJV.l en in timos :lam9 rcs ( mas cfcuchados del Ciclo>qu.1uco menos ~y~