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San Fráncifco X ai,ter. . u.9 ·ae latierra,parece trO<iO del infiernoaquel parage. Por effo Xavier tomava motivo en cíle puefio, pa– rahazer compoíicion de lugar; penfando en el de fas penas del abifn10, donde con frmejantes in– cleme'ncias, fon atormentados los infieles, que no conocieron el bien.; y los fieles;· que figuieron el ma.f. Si tratamos de fos gentes, erantan b~rharas,que la nnrnraleza que.dava corrida de e11contrarfieras, a los que ha-via ·pro:duzido hombres. No havian de– :xadoen ellos las pifadas de fos paífados, ni fenda de Caridad, ni rníl:ro de Fe, ni eíl:ampa de Cruz . Corrria íiempre en el hilo de fu vivir, ton.ido az.ía la fiereza, el vfo de la razon . Era en algunos de cf– tos{angriento regalo de fu inhumano apetito, la hu– tnána carne, al-que matavan en la guerra, guifavan en el combite; trOfO era en la mefa, el que fue rro.;. feo en el campo . Los padt:es matavan á los hijos, como feñores de la vida, que en el fer les avían da– do 5 los hijos matavan á los padres, como pagan– doles con la muerte, la barbara vida, que de ellos en el fer, y en el exemplo avian recibido. Llaman fe Xarvaros eftos indignos de fer hombres . Inacccffi- 6Ie, y peligro fa era la emprdfa de reduzir a huma– ua, aquella barbaridad.Todo aífombrava, el J\1ar coo borrafcas; el Cid0, cordnclemencias ,;h tierra, con bolcanes; el vient o, con ,tcrr emotos_;yla gen te; ,con tiranias. Pero al ayre dc·cíla tcmpdbd de peli- R gros,

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