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98 EL 7>eregrino Atl ante, aj ulte en prop orcion es el milagro ; pues fucediendo aqu ellas letras, o palab ras fobrccl Ará,c"' el dia,que fe encarnoclKc.ñor en las entrañas de la Virgen; es dczir,que fe cfcrivio entonces con la pluma, del E[– piritu Santo,la letra de la vida, en la rabia de la Ley; y el Verbo de la embaxada del Angel, en el mar– mol de la Torre de David. Eílc refl.!rido portento en el Sepulcro del Santo Apo íto l Thomis, no folo haz.e fangre en la piedra, fino en los corafon es. Viíita fe el facro pueílo con propio culto,y el_lrañareverencia, affi de Gen riles como de Chri(hanos. Concurren de todas partes inumérables Peregr inos ; llego allí el nuefrro Su– perior a todos, con el mi fmo a bito, y trage que los otros ; pero con mas devocion, y con menos cu– rioíidad. Para cíh fanta jornada fue fu Vicario- el ayuno. Siete d ias eíl:uvo fi11 comer. Afiló en el duro canto de la abíl:incncia, los azeros del favor. Con cfrc a.cuerdo vcncio a codo el abi( mo , que como fe vera,le efperava en aquel parage. Los que fe le pre– venian combates; fueron vito_rias. O fopcrior -poder el delayu-oo! Los juflos ga– nan por h,1mbre h fortal<.:z.a del Cid o: en la guerra v.cnccn los que la ocaGonan, a<]UÍ triunfan los que la p.1dcccn. Los Camalconcs,d: la abíline nci a , fon Sahman•drns dz la virtud; foíl:entaks c11 vez dd ay– r~, el fuego de la caridad. En las viainns de los Si.lntos , cftima el Scúor por rn.1spingues, las que lle-