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San Francíf o X a-viet; · 9r Pero en efie prop rio t iempo pediguio a Frnncif: co el odio: no le falró que merecer, porque no le fal– taífeque triun far Jvle[daroní e como fom bra entre las alaban~as de los fieles,los menofprecios de los infa– mes. Por vna parte los Gentiles, por e uyas iras rcfpi – ravan los fcntimientos del abi(mo , le arma van pc– Iigros,porqu e el rompia lazos;quando compcri an el a derribar ldolos , y ellos a levan tar perfecuciones. Por otra parte los mifrnos Ch riíl ianos folo en el nó– bre, y mas que Gentiles en las coílumbres, no pu– diendo fufrir el penetran te azcro de la divina p:ila– bra, en la rcprch en fion de fus profanos vicios ; le bu feavan traydo res muchas vez.es, para añadir con . la muerte del Sanco; la mayor culpa a (u e[candalofa vida. Ponían fuego de noche a la cafa en donde fe recogia: pel'o fi allá en el horno>laafü(l:enciadel An– gel confervo libres a los t res Mancebos; aquí en ef– tas ardientes olas de encrcfpados peligros, el poder de las Tr es Perfonas,confcrvo dlento el Angel. Vez huvo,quc huyendo de fus contrarios, pafs 0 Cobre vn Arbol ·toda la noche; amparando le la fobe– rana fombra de D íos, mas que la de la N ochc, y la del Arbol. Fue entonces (u retiro la abierta campa– ña,para que aíli le li braíle de las borrafcas del ligio :, la ferenidad del Cielo. Ceñianle los peligros, y co– ronavanle las Efhdlas. Recompenfa vale el Sci1or e[– tos gloriofos fuíl-os,conabundante avenida de acla– maciones.Tal cócurfode gente le feguia,que avíade· Mz. fa-