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San-Fi·ancifioX a1Jict. 89 la rvuejfra-venis a eftorbarla fltyti? No dixo mas, y aun avia meneíl:er.-menos: al inihrntc no con otras ;:lf • . mas,que las de la vii1a, y la voz.,fofpcndiólos ama– oos,ahu yen to los goi pes,dc(v~ncc i6 Ls fkch :1s,3 ba– cio los efrandarres, re bario las cii1~ H.bs , y r~tiró los efquadrones. Arerrofe vn cxcrci to ent~ro , !olo ~1 h viíl:ade vn hombre Jefarmado,c.iyendo al punto la furia de los cora~ones,las ameha~as de bs bo cas, y . las armas de las manos. Dcfvane.cieronfe afli mi(mo todas las mal fondactas fabricas de los infernales ar– tífices, pudiendo mas el aliento de vna voz>que los íilvos de rantas fierpcs, y la luz. de vnos ojos, que los r;,yos de mil cípadas. · V<.-:ntªª ~hora todJ. b anti!7tta Gentilidad , oíl:cntc ~ v las haz :1iias de fus inGgt1cs Capitancs,c1uc fopcrior a _t.odos el nueího , fin los dc.:falhes del cuchilo, cortó pium.is para lu fama, y fin la purrura de la fangrc,fe corono Rey de b fortuna. Vt·ne, rvi,y rvenci; dixo Cefor: pero con nus verdad, y exceH@ vino, vio, y V;~nció Frant. i lco: po;·que en vn in{l:ci.ntcombatió c.on el venir; trinnfo,y venció con el ver. ~· O q ue valiente fe arro ja á los pcligro~,cl que t ie– ne en Dios las (cguridades ! No tnne el ordenad-o numero de L1s terribles hucil:cs,cl que en la armonía de fu vivir goza el num-::ro, y d orden de los celcitcs coros. No le ati~rra d eihucnd o de fa caxa , al que obedece el l~alidodel Cordero . No le affornbran los pendones del comrario,al que figuc ios preceptos de M Chrif-