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76 EL PAÍS DE LA GRACIA - .\qui tienen ustedes, por ejemplo, al tio Bendito,-dijo D. Zacarías para buscarle la boca, que es el más viejo de todos, y que más que por devocion viene al rosario po r rutina. - Com0 caballico que aprende el camino. -Vamos, Sr. D. Zacarías, que val ient e ra - malazo me dió la Virgen Santísima, una vez que dejé yo de venir, pa que no me acuerde . - ¿ Por qué Je llaman á V. el Bend ito? -Porque cuando yo era mozo tenia una voz como una calandria, y en una Áve JV!ana so– lemne que cantábamos, echaba yo un solo don– <l1.: repetía diez y siete veces J' bendito ... Y de ah1 vino el llamarmclo. -- .'\ ver cómo fué eso del ramalazo ...- dijo D. Zacarías . - Bien decía dende el purp ito l•ray Juanico, aquel frailecico del convento de Olite, que lo mismo que el cuerpo, el alma necesita tambien cada dia su racion. Deja al cuerpo <i dieta, y te quedarás como la muerte Calafia, y por igual comparanza, no le des al alma su pie11sico y ... -Y ¿ qué pienso toma el alma ? -Pues á eso iba, la oracion, vamos, la misa y demás que reza todo fiel cristiano. Frio de terciana me entra cada vez que recuerdo la tempestá que p,tsé por una imprudencia ... -Al grano, al grano, tío Bendito.
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