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EL FAROLON -Si sabrás tú mejor qnc Ella lo que ha de hacer. -Es un decir. El Caloyo ofreció dar dos du– ros para dempucs de la ;•rudcma : pero de aqu1 á entónces ... -A ntes llega la fiesta del Rosario. Y des – pues de muerto Pascual. .. Ya habrá comprendid o el lect or la congo j a de estos excelente s devotos de :.\Iaría. ! .legaba la fiesta de la \º1rgen. ansiaban estrenar :;u fa. rolon mónstruo para el centro del Rosario, fal– taba el dinero, y el farolon estaba por hacer. Otros pa saba1: d dia en la ociosidad, para des– quitarse por la noche jngando ó bailando, ó murmurando, ó derroch:rndo . Es tos infdices re– maban ele dia como negros, y su deleite por la noche era asistir al Rosario, y recoger para el farolon. Mientras la gente llegaba, los mocetes fueron sacando esta ndar tes y faroks, no sin disputar quién de ellos babia de llevar la capa. \'a vere– mos despues qué capa es esta . U no de los devotos mas antig uos, el tio Ben– dito (que en realidad se llam aba Benito), se postró de rodilla s ante la imág·en de la \º1rg-en, y allá al aire libre todos los devotos, arrodilla – dos en dos filas, contestaron á las primeras ja· culatorias. En seguida púsose en marcha el Ro-

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