BCC00268-2-3500000000000000000410

EL PAÍS DF. L.-\ GR.~CL\ decía el primero ; más lagotero no le hay, pero tampoco más ababol. Se les olvidó echarle sal al bautizarl e , y cuando habla se le cae la baba. -Perejiles es todo fachenda: á fanfarron y á pinturero no le gana nadie, pero ya veréis cómo no recoge ni pa el mango, decía el segundo. Cada noche se hacia el arqueo de lo que re– cogían ambos, y el resulta~ o daba lugar á risas y bromas sin cuento. La apuesta consistía en una merienda de cordero para todos los músi – cos, tocantes y cantantes, el domingo despues del Rosario . -¿ Qué ha dicho el hojalatero? -Que ménos de media onza no hace el farolon. - ¿ Media onza? Por media onza compro yo la estacion del carro-cerril con las linternas co– loradas y todo. -Pues que no es ménos ... que él no roba los cristales. - Y tt't ¿ cuánto llevas recogido) -Ve ntisicte rialcs, y cuatro mais ,·s. -Co n cuarenta que le di yo al tío Bendito no llegan ni á la mctá. Y los de San Nicolas dice que tienen hecho ya su farolon. -Y bien majo, que mi padre lo ha visto. - Ya podia tambien la "\"írgen Santísima ar- rimar el hombro, que para l~lla cs.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz