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60 EL PAÍS D E LA GRACIA Tabardillo con modo al mar ino: ¿Se pué saber si }!ala -lengua vive entodavía? -Sí, señor, vive feliz con su muj er y sus hi – jos, y bendice á D ios tanto como á nte s le mal – dec1a,- respondi ó Tiburo n. - ¡Hombre! -añadió interesado y ca si llo– rando el terrible Tabardi llo . '.\!e alegra ria cono – cerle pa darle un abrazo . - Pues aq uí lo t iene \' .,-excla mó sonriendo Ti bu ron, l\.bráccle V. ¡\' o mismo soy en pre– sona ! ( 1). lnúti : es decir la alegria que se apode ró del carretero y ele tos circunst a nte s. El marino con – tó det alladamente, para sati sfacer la curi osida d de sus oyente s, cómo habia tri unfado de su maldita costumbre, y afladió que sab ia por ex– pericnc:ia que á los blasfemos no conviene en general humillarlos cuando está n aca lorados, porq11e suel en desmanda rse. Lo mejor es ha– cerle s ver en fria la fealdad y enormidad de su vicio. Tabardillo aplaud ió conmov ido, pagó otra rancla en obsequ io de Ti buron, supl icó á éste le dispensara si le había faltado , y le p ro- (t) L-:lPadre::, tpu: se av:i.1.tnr.ó ;1l 111;tldicicntc µ :.r :t impedir 1\llt!\•a.;; y horril,k .;bl:\sÍcmi:H, t:ra el P. N.c )', y;¡ difunto. El que le aco mpa· i1:tl.M t!i tluicn "",. ha rcú.:rill,, c ..tc eplsocl10, pur:uucntc hi•té,rico. El ¡iesc;olm·, :\ q11it.:n IL1 11:m10S ,l!,:l ,1,/01;:u,,, \•lv(; tnd:w1.l e n mM 1J-: uucs, 1r;1, pohlacinue, m lrt ti m .1:;, y ~nm , ~<~ 1k.f11n · ,l,.-l :c:~w 1 h:1c~c ,·id:1 de CX'7d1..!lll C \!ri-.ti:1m.