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2.p EL PAÚ: VE: LA GRACIA rios, á todos los vecinos de Taravilla; aunque sean más pobres que Carracuca . El domingo próximo haremos ei reparto, y cada cual se con– tente con la parte que le toque. Cuando se tra– tó ck hacer pasar el ferro-carr il por Taravilla, el pueblo entero votó como un sólo hombre: cuando vino el Sr . Diputado, todos acudisteis por ver de sacar un estanco ú otra friolera en Aduanas ó Correos . Mucho má s vale el teso– ro que os anuncio: Tlu:smwu11t absconditum. Pero por hoy veo que predicaria en desierto; y no hallo en la Iglesia más qu·e á mi monag o Jorge, que tocio lo coge, y aguarda á apurar las vinajeras; á Felicia la serora , que por hablar por <:l camino ha llegado á la Epístola, á Lepe d Maestro, que está ciando ca bezada s , y á los tre s ó cuatro restantes que es tán en la Iglesia como s i estuv ieran en las Batuecas. Hasta el domingo próximo, amados oyentes mios, en que descubramos el g ran tesoro: es la gra cia que á todos os deseo, etc. >io hay que deci r que la noticia cor rió por el pueblo cümo un cohete. Justamente, á creer la fama que los de Tara villa tenían en la comarca, eran gente que bailaba de cabeza por un ochavo. De bote en bote estaba la iglesia parroquial el siguiente domingo, muy ántes que Jorgillo taílese la campana. Don '.\[a rtin no pudo conte-

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