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;:,;,\\·.~RRA POR SA;:,;TA )IARÍA :?15 - ¡Bonita está la copla 1 - exclamó el tio Ramon el de Caparroso, arreando á la .')ccr dt: . ria .- pero le farta lo mejor. - Pues < qué falta ?-preguntó Angela, cuya madre iba ahora harto más animosa. - Que los Ap ástolcs., cuando bajan la cuesta, - contest ó aquel, se paran a almorzar en el Corral del Cari,10. - Eso por sab ido se calla, que no habían de irscn sin desayunar, dijo el labrador de Falccs. - Y harto lo merecen los pobrrricos.- aí'la– dió su mujer, que anclan ocho leguas en doce horas . Algunas despues de estos sucesos, el Coro– nel Montero , cumpliendo delicadament e su palab ra, comunicaba á Juan Eguía 1111 telegra · ma del Capitan general de Nm·arra, autorizán· dole á residir y circular libremente en el territo– rio de su mando. Y como Juan se dispu;siese á darle las gra– cias : - - No insista usted, amigo mio,-le dijo cam· pechanarnente. Yo me casé con una paisana de usted, que sin predicarme más que con el ejemplo, me ensei1ó á hacer bien por Dios. Hacerlo á un desconocido sería siempre una satisfacc ion; hacerlo á usted, que es un acr e<.:· dor, es además un deber . Favor por favor , se-

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