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NAVARRA POR S.~l\T.-\ MARÍA :05 -é Hace mucho tiempo que conocen ustedes al coronel Montero? - Yo,-dijo D. Rufino, asomando sobre los · espejuelos sus ojillos de fuina, sólo le conocia de oidas hasta ayer que, viniendo de Pamplona, me lo enco ntré en el vagon. ¡Se conoce que tiene mala s pulgas! - Yo,-repliéó .Alfreditv, no más que de vis– ta , porque me lo ensefiaron en la Taconera de Pamp!ona. Parece un ordenancista. - ¡Es todo un homb re de honor! ·Ya se echa de ver que ustedes no le conocían . Yo le trato hace algunos afios y bendigo al c ielo que me lo hizo conocer. La pr;mera vez que le v1 fué como alojado en mi casa de Tafalla. Mi mujer y mis nifias hicieron con él Jo que con todos los alo– jados, invit arle á la mesa y subsana r el se rvicio harto defectuoso de los asistentes y ordenanza~. El, que es todo un caballero, quedó prendado de mi casa, y al despedirse no sabia cómo ma– nifestar su gra titud. l\Iás de diez veces que pasó su batallo n por Tafalla, vi no siempre, d ic iendo que no que ria con ocer otra posada ni otros pa– trones, pues en ninguna parte hab ía de encon· trar más cariño y mejor vo lunt ad. Yo sal ia ga– nando con la so mb ra que nos hacia, pues cslan – do tildado de reacc ionar io, y teniendo contra mí á casi todo el Ayuntamiento, él denodada-

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