BCC00268-2-3500000000000000000410
!\A \"ARRA POR S.\:--fA :,LARÍA 1$0 aquel que ahora llega junto al Sacerdo:c, es Ha– bil Sagaseta, el carpinterin de Yal de Ilzarbe, talen to deshecho para la musica, que as1 hace hablar á la guitarra como llorar al cornctin, y a quien han querido contratar con Sarasate para los teatros de la d rte; pero que tiene la de,· o – cio n de no fumar los sabados ni faltar jamas :i la Salve que en las V1speras de sus fcsti,·ictades canta n á la Santísima \"1rgen en este pa1s. - ¡Es curiosísima la enumeracion ! D . Fer– min,-d ijo felic itándole el Coronel. - Y no digo yo,-prosigui(), q11e el uno sea santo por su galantería, ni el otro por las me – riendas, ni el otro por los codillos, sino que a pesar de l'SO , son excelentes cristianos. y c¡ue eso es su fisonomfa, y tambien la ,·álvula de se– guridad que le:; aleja de otras cosa;; peores, puc;; no conviene que el arco esté siempre tirante. l·~n el momento en que Don Fcrmin :icababa de pronunc ia r estas palabras, todo~ lo.; circuns– tantes volv ieron repenti!iamente la cabeza h:ícia el grupo de mujeres donde se hallaban la madre y la hermana de Juan Eguía. Cn grito penetran · te, desgarrador, que helaba la sangre en la~ ,·e . nas, por lo que ten ia de gemido dé muerte aun– que realmente era aliento de nlc.:gna, pa rtió del pecho de la afligida madre, que, medio privada de sentido, cayó en los brazos de 5u hija.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz