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EL PAÍ,; DE L.\ GRACIA es Javierito Azcona, distinguido jóven de Tafa. lla/que no piensa á fe mia en meterse fraile, y que en el últ imo Carnaval. siguiendo la galante costumbre de sus paisanos, arrojó, con admira– ble tino por cier to, seis arrobas de ~ulces á los baiconc.:; de la que va á ser su mujer. ¿Ve usted el cuarto de los que detrás siguen, é'on la cabe – za dcs.:ubierta y el pelo al rape? Llámase Pepe .\rtet a, y es un jóven médico que no pie rde la mi»a un sólo dia, pero el ra to de tertulia lo des– tina á jugar al tresillo, de que es fanático, y las ga nan cias á los pobres de la confere ncia de San VicenLc <le l'aul. ¿Ve usted aque l más grueso que le sigue descalzo? E5 un labrado r t an ho n– rad o como pudiente, cuya devocion á la Ví rgen raya en de lir io; de spe rtador y d irector entus ias– ta de los Rosar ios de la Auro ra ele su pueblo , pero cuyo ge nio alegre y decidor cor re parejas con su temple para orga nizar una merienda y con su habilidad para gu isar un ajo-ar rúro ó un gorrin illo de leche, que cierto no t iene r iva l en Puente la Reina ni toda su mer indad. ¿Ve usted aquel más alto y forniclo 1 cuya soga cas i a rra stra? Es el famoso Scver ino A.lclaz, el pri – mer jugador de pelota ele estos reinos, que ga – nó a los franceses vascos e l verano pasado tres partidas en San Juan de Luz, y á qu ien llaman ma110 de oro porque no pierde pelota . En fin,