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1¡8 EL P.\ÍS DE LA GRACIA hay otra como la de Sa ncho A barca de Tauste. Esa es la que se apareció al Rey de Navarra, que con tal ayuda , ¡claro! derrotó al :\loro, y luégo gobernó com o pocos . - Lo mismo cabalmente hizo la de Cas tej on, aparecida en un espino, como una rosa, vestida a lo serrano y con albarcas. Y sepa n ustedes que tenia ganadería propia, compuesta de las vacas ofrecidas por los devotos. Y hab iendo un pas tor robado la campanilla de la vaca que gu ia ba, para ponérsela á otra vaca suya, va y ¿qué hizo aque lla? E nt ró en el mismo dia de la fiesta en el templo, y ade lantándo se al altar mayo r, tiró la campanilia robada q ue aun se co nserva, y se volvió al campo sin hacer daño ,i nadie. -Eso lo haria para que no le faltara campa- na al monaguillo. - ¡Pues cu idado con la de A raceli de Co rella ! - ¡ Vamos que la de l Yugo en Arguedas' - ¡>Jo d igo nada de la de l Puy de Este lla! - ¿Dónde se dejaba n ustedes il la del Ca mi- no ele Pamplona y :VIonteagudo? - Para devoci on los de Pera lta . No hay buen vecino que se acueste sin ir á hace r compañía un ratico ü la Vírge n de l\ieva. -Co n que quedamos en q ue la Vírge n de Ujué lleva la palma éi las demas , porque de to-