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l'RÓLO GO ¡~ .) nes, barrena r túneles, hacer c:tminos, fabricar m~,. quinas, tall:tr muebles, construir na\·íos. alJTir puertos, falsificar caldos y espíritus, inYentar mo– das y trajes, y perfeccionar todos los cachiYache;: desde el belon de Lucena hasrn la aguja de ma· rear. E l pueblo español, como dijo el poet:1, anclado entre la jota y el puchero, cede á sus rirn les semejantes habilidad~s menu – das ó serv iles, par:i. las cuales está com·cnc ido qut' no Je da el naipe, y deja no sólo resignado sino complacido (y dejará tod:w1:, probablemente por mucho tiempo ), que los ing-leses le vend:m el té y el bacalao, que los alemanes le surtan de anteojos y juguetes, que los suizos le fabriquen los relojes y ios orga nill os, que los sahoyanos le diviertan con sus arpas y monos, que los ::irg-elinos le pro vean de incienso y de babuchas, y que los france · ses le afilen los cuch illo~ y navajas y le ahastez · can de los demás artículos que le imponen la ne– cesidad, la moda, el lujo ó la comodidad. Saber ü dónde se vá es toda la cuestion: y más progresa sin duda el cangrejo que se encamina derecho á su charcn, siquiera lo hag-apcrezos:unen– t e y hacia atrüs, que la liebre que corr e .í caer en el lazo, ó el corcel que se precipita en el abism o . Enhorabuen::i bri lle, pues, 1:-tvanidosa 1:r:1ncia por su riqueza, su cultura materia l, su espíritu de proselitismo inno\·ador; gloríese la alti\·a Albion de su sentido práctico. de la extension de sus Co– lonias y de la preponderancia. de su marina. )' co -

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